Esta mañana se reunieron en la plaza Menéndez Pelayo con motivo del Día Mundial sin Alcohol la consejera de Políticas Sociales y Sanidad Animal, Francisca Maeso, la educadora social en Proyecto Melilla, Celia Pizana, y voluntarios y estudiantes menores de edad miembros de programas como Proyecto Joven y de cursos del Centro de Atención al Drogodependiente (CAD) para mostrar su rechazo al uso de esta sustancia y de otras drogas.
A través de un stand colocado en la plaza se asesorará a los melillenses interesados sobre esta adicción y se informará a quienes acudan al mismo sobre los efectos y consecuencias de tomar alcohol, sobre todo en edad temprana y en estados como el embarazo.
Maeso leyó el manifiesto del Día Mundial sin Alcohol y aportó datos sobre los efectos adversos que tiene el alcohol sobre la salud física y mental de los individuos jóvenes y mayores, y sobre todo sobre los que están por nacer, quienes pueden verse afectados durante toda su vida por un mal desarrollo físico y neurológico.
El alcohol provoca alrededor de 3 milllones de muertes al año a nivel mundial, un 6% de las defunciones totales, según la OMS. No hay un nivel de consumo seguro ni recomendable y esta droga genera dependencia en quienes lo toman y desde la primera ingesta incrementa la posibilidad de padecer enfermedades como el cáncer, leyó Maeso.
La salud del feto y de los recién nacidos se ve afectada si la madre ingiere alcohol durante el embarazo y suele condicionar negativamente su desarrollo neurológico. "Puede dar lugar al trastorno del espectro alcohólico fetal, que agrupa un gran rango de anomalías físicas del crecimiento conductuales y cognitivas permanentes e irreversibles", según el manifiesto.
El alcohol no afecta de la misma forma a quienes lo consumen, y de igual forma que con otras sustancias, hay individuos con más predisposición genética, metabólica o experiencial a verse negativamente afectado por esta droga y a padecer enfermedades como el cáncer, muy ligado a su consumo.
"Queremos dirigirnos a los más jóvenes para que sepan que el consumo de alcohol, sobre todo, antes de los 18 años, puede traer consecuencias negativas en su desarrollo cognitivo y social a largo plazo", dijo Pizana. Asimsimo, comentó que debido al arraigo cultural de esta bebida en nuestra sociedad habrá que trabajar con los más jóvenes para prevengan estos problemas.
La educadora social compartió datos como el de que el alcohol se sitúa entre los estudiantes de entre 14 y 18 años como la sustancia psicoactiva más consumida; que la edad de inicio se sitúa a los 14 años, aunque existen casos en Melilla en que es a los 12 años; aproximadamente el 40% de los alumnos afirman haberse emborrachado en los útlimos doce meses y un 23% lo ha hecho en el último mes; la edad media en la que se produce la primera intoxicación etílica es a los 14'7 años, pero la prevalencia aumenta hasta un 70% en los jóvenes de 18 años.
En Melilla, el 70% de los usuarios en tratamiento son hombres, frente a un 30% que son mujeres. Los menores presentan generalmente pioliconsumo, siendo el alcohol la sustancia principal.