Merche González y Francisco Capilla, de la ONG IAE, prestaron ayuda humanitaria tras el terremoto.
Merche González y Francisco Javier Capilla, los dos voluntarios melillenses que acudieron a prestar ayuda humanitaria a Ecuador tras el terremoto que sufrió ese país latinoamericano, aterrizaron en la tarde de ayer en el aeropuerto de la ciudad.
Sobre las 18:20 horas, los miembros de la ONG Intervención, Ayuda y Emergencias (IAE), especializada en tareas de rescate en catástrofes, fueron recibidos por familiares y amigos después de haber pasado diez días trabajando en Ecuador.
Francisco Capilla explicó a El Faro que entre las tareas que han desarrollado en las zonas afectadas por el seísmo estuvo la “valoración de los edificios en la zona centro de Portoviejo”, una de las localidades más afectadas por el temblor de tierra que provocó más de 600 víctimas mortales.
Ayuda humanitaria
El voluntario precisó que dedicaron “un día y medio” a ese trabajo, y que, tras darse por finalizada la búsqueda de personas entre los escombros de las casas, se centraron en la ayuda humanitaria.
“Llevábamos una potabilizadora, que se montó en la aldea de Correagua”, continuó Capilla. El montaje de su estructura les llevó “casi dos días y medio”. También montaron bidones de gran capacidad “para suministrar agua a la población de la zona y alrededores”.
Merche González indicó que los miembros de esta ONG (aparte de la delegación en Melilla, también acudieron integrantes de otras sedes de la península) se dividieron en dos grupos.
“Uno se dedicó a asistencia sanitaria”, señaló, mientras que el otro se ocupó de elaborar “un censo de las necesidades que había después del terremoto, especialmente en refugio, la gente que se ha quedado sin hogar”.
Su compañero Francisco Capilla añadió que tras haber montado la potabilizadora, los miembros de IAE formaron a personal local para que se ocupen del mantenimiento de la planta.
“Nosotros volvíamos para aquí, pero eso tiene un mantenimiento. Por eso se ha formado tanto a bomberos como a personal civil y allí hemos dejado todo listo para que se hagan cargo ellos”.
Cariño de la población
Merche González subrayó el cariño recibido por parte del pueblo ecuatoriano. “Ha sido espectacular. Desde que pisamos el aeropuerto, la gente agradeciéndonos que estuviéramos allí ayudando”, recordó la voluntaria.
“En Correagua, donde instalamos la potabilizadora, toda la gente se ha volcado con nosotros”, evocó González. “Ni siquiera nos dejaban que sacáramos nuestra comida. Nos han dado lo que no tenían ellos y por la calle todo el mundo nos paraba. Incluso nos han hecho regalos”, contaba agradecida la voluntaria.
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