Se puede decir más alto, pero no más claro. El presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, no se anduvo por las ramas y reclamó ayer a la Autoridad Portuaria de Málaga que mire por los melillenses y no sólo por los cruceristas porque “la Estación Marítima está para prenderle fuego”.
De esta forma, el jefe del Ejecutivo local vino a reclamar más inversión en unas instalaciones precarias que prestan servicio casi exclusivamente a los barcos de Melilla que atracan a diario en ella.
En principio se trata de una conversación que Imbroda ya ha tenido con el presidente del Puerto malagueño, el melillense Paulino Plata, a quien ha reprochado que en los tiempos de vacas gordas no se destinara ni un euro a mejorar la infraestructura de la Estación Marítima y los accesos a los barcos, que utilizan a diario cientos de pasajeros procedentes de la ciudad autónoma.
El presidente cree que “ya está bien” y ayer afeó a las autoridades de Málaga que no tengan en cuenta que los melillenses dejan dinero y que la conexión con Melilla es la única línea regular que da vida al puerto malacitano.
Ya era hora de que alguien alzara la voz para reclamarle al Puerto de Málaga unas instalaciones decentes, porque ahora mismo se están limitando a hacer caja.
En los últimos días hemos visto por Melilla a dos representantes de Trasmediterránea, que vinieron a prometer más facilidades a la hora de comprar los billetes y wifi de calidad en todo el barco. Como de costumbre, no dieron fechas. A muchos melillenses nos bastaría con que limpiaran más y mejor los buques y se aseguraran de que este verano no habrá problemas con el aire acondicionado, sobre todo, en la ruta a Almería que es, probablemente, la peor de las tres líneas que conectan Melilla con la península.
Ayer FaroTV salió a la calle a preguntar a los melillenses por el barco rápido, que empezará a funcionar del 1 de julio al 31 de agosto. La opinión, casi unánime, es que sería deseable que funcionara todo el año o, al menos, siempre que la mar lo permita.
El transporte marítimo es uno de los temas que más preocupan a todos porque tarde o temprano estamos obligados a viajar. Es lo que tiene ser españoles y vivir en el norte de África.
Por eso no está de más que el presidente le recuerde al Puerto de Málaga que no sólo somos unos buenos clientes: somos los únicos. Merecemos un trato mejor.