Fuentes de la Delegación del Gobierno dicen no haber recibido escrito alguno.
La protesta de una veintena de inmigrantes tunecinos continúa con huelga de hambre incluida. El pasado lunes se apostaron en la Plaza de España, frente a la Delegación del Gobierno, para pedir un pronto traslado a la península. El pasado viernes tenían la intención de levantar el campamento, confiando en la política seguida por la Delegación del Gobierno en la ciudad de agilizar los traslados de los inmigrantes que más tiempo llevan en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), pero finalmente decidieron recrudecer su protesta con una huelga de hambre.
Fuentes de la Delegación del Gobierno confirmaron a El Faro que los tunecinos aún no han entregado ningún tipo de escrito en el que queden reflejadas sus demandas y reivindicaciones, como así hicieron los inmigrantes de origen congoleño hace dos semanas. De todas formas, desde la Delegación se mantienen firmes en su postura de no dejarse “presionar” por este tipo de protestas y decisiones y seguir en su política de acción para rebajar la presión asistencial en el CETI y agilizar los traslados a la península.
De hecho, el pasado jueves comenzaron estos traslados de los inmigrantes congoleños hacia la península, si bien es cierto que todos éstos llevaban en la ciudad algo más de tres años sin poder salir a la península. Estas mismas fuentes aclararon que la situación de los ciudadanos tunecinos tiene un carácter diferente ya que su ingreso en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes es relativamente reciente, salvo en uno de los casos que lleva dos años en la ciudad autónoma.
Atrapados en Melilla
Las últimas protestas protagonizadas por los residentes en el CETI vienen a causa del largo periodo de tiempo que muchos de ellos llevan en la ciudad desde que accedieron a territorio español de manera irregular.
En las últimas semanas, el delegado del Gobierno en Melilla, Abdelmalik El Barkani, ha manifestado en numerosas ocasiones su intención de agilizar los traslados a la península para que el CETI sea un “auténtico centro de estancia temporal y no permanente”, como está sucediendo en algunos casos. No obstante, el representante gubernamental aseguró también que su acción no se verá “presionada” por este tipo de protestas.
El caso de los ciudadanos tunecinos reviste de cierta complejidad, ya que las relaciones entre España y Túnez son irregulares a causa de la inestabilidad del Gobierno de este país magrebí por la llamada ‘primavera árabe’. Por lo que, la solución para estos inmigrantes parece que tendrá que esperar.
Sin novedades sobre la petición del saharaui Brahim Lambarki
Fuentes de la Delegación del Gobierno informaron a El Faro que no existe, por el momento, novedad alguna en el caso del joven saharaui Brahim Lambarki que esta semana abandonó definitivamente su huelga de hambre para permitir a la Delegación que meditara sobre su situación y estudie la documentación que ha aportado para apoyar su caso. El joven recibió esta semana un documento que certifica haber nacido en El Aaiún y que ha entregado a la Delegación. Lambarki confía en poder quedarse así en España e ir a Ciudad Real, donde el joven asegura tener familiares que le pueden facilitar un puesto de trabajo. A finales de enero, Lambarki fue expulsado del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla, cuando comenzó a tramitarse su repatriación a Marruecos. El joven alegó ser de origen saharaui y pidió el asilo político en España e inició una protesta en la Plaza de España que acompañó con una huelga de hambre que ha durado 23 días. Durante este tiempo ha sido agredido por ciudadanos marroquíes y ha tenido que ser hospitalizado en una ocasión a causa de una lipotimia. El pasado miércoles comenzó a comer, confiado en que la Delegación estudiará su caso y le dará una solución.