La aparición de determinados problemas de esta índole y su incidencia en la vida cotidiana de los adolescentes ha sido el tema de análisis en las jornadas de coeducación.
“Los problemas alimentarios no siempre son originados por los complejos que puedan surgir en los adolescentes en el transcurso de esta etapa”, comentó la orientadora del IES ‘Juan Antonio Fernández’, María José Cornejo Ruiz, en la ponencia que ofreció en la tercera edición del curso de agente de igualdad en contextos educativos interculturales, en los que se analizan, hasta la tarde de hoy, los espacios coeducativos.
En este sentido, y al contrario de lo que pueda pensarse en un primer momento, los problemas de carácter alimentario, que se convierten, en algunos casos, con posterioridad en trastornos como la Bulimia o la Anorexia, también aparecen en los chicos adolescentes.
“Los muchachos tienden a padecer con bastante frecuencia de Vigorexia”, comentó la especialista.
En lo referente al papel que puedan desempeñar los padres en el instante en el que hacen acto de aparición los primeros síntomas de estos trastornos de carácter alimentario, Cornejo afirmó que “tienen que evitar determinados comentarios acerca de alimentos concretos, como puede ser el caso de los dulces, puesto que hay una tendencia generalizada de incidir demasiado en lo que el joven ingiere y en lo que deja de comer”.
Otro de los objetivos que se pretenden alcanzar con esta conferencia es que los progenitores y los profesores responsables de la educación de los adolescentes, les enseñen a “filtrar algunos de los anuncios publicitarios en los que se muestra un prototipo determinado de cuerpo y las consecuencias que puede generar si se sigue el modelo expuesto en estos espacios televisivos”.
La conferenciante además dijo que una dieta equilibrada, acompañada del ejercicio físico y de una vida sana, “es muy importante, puesto que los alimentos nos sirven para nutrirnos y al cuerpo le hace falta determinados elementos”.
De esta forma, en cuanto a los dulces se refiere, “son buenos, como todos los alimentos, aunque en su justa medida, porque, no es bueno que ningún adolescente, ni persona adulta, ingiera abusivamente una cantidad determinada de comida”.
Cornejo finalizó diciendo que “el chocolate, con medida, también forma parte de una dieta saludable”.