El juez decano, Emilio Lamo de Espinosa, expresa su preocupación por el impacto que tendrá en la actividad judicial.
Los juzgados de Melilla se quedarán sin intérpretes en la próxima edición de los Planes de Empleo de la Delegación. El juez decano de la ciudad, Emilio Lamo de Espinosa, expresó ayer su preocupación ante esta circunstancia. En declaraciones a El Faro, dijo no saber las razones por las que este año no se han destinado los seis traductores que normalmente se contratan para asistir a los juzgados de Melilla. Aseguró que desde el Ministerio de Justicia se tramitó el proyecto de plan de empleo, como normalmente se realiza. De hecho, no es el único que envían a la Delegación del Gobierno de la ciudad, pues también se solicita un equipo técnico completo para el Juzgado de Menores.
En este caso, Lamo de Espinosa explica que sí se ha contratado al equipo técnico que da apoyo a los otros dos existentes. Pero desconoce por qué no se ha provisto las plazas de intérpretes que se necesitan. Normalmente son seis los traductores que se contratan en los planes de empleo para los juzgados.
Plantilla escasa y sobrecargada
Desde mediados de año, cuando finalizó la anterior edición de los planes, la plantilla únicamente cuenta con tres personas de lunes a viernes y otra más para los fines de semana. Teniendo en cuenta la envergadura y necesidades de los juzgados melillenses, el personal es a todas luces insuficiente. “Necesitamos al menos seis personas más para poder cubrir los juzgados en las Torres y en el Paseo Marítimo”, razonó el juez decano.
La cobertura de este servicio de asistencia es muy necesaria. Lamo de Espinosa explica que un traductor debe permanecer en los dos juzgados de lo Contencioso–Administrativo que están ubicados en el Paseo Marítimo.
En la Torre Norte del V Centenario, un intérprete debe asistir a un sobrecargado Registro Civil, otro al Juzgado de Guardia y uno más a la Audiencia Provincial. El resto prestaría sus servicios a los cinco juzgados de Primera Instancia e Instrucción y los dos Penales.
El juez decano insistió en que la no contratación de estos intérpretes repercutirá negativamente en la actividad diaria de los juzgados. Y no solamente por el hecho de que un juicio tenga que ser pospuesto o paralizado hasta que un traductor esté disponible, sino por la sobrecarga de trabajo que los intérpretes de la plantilla deben sorportar. “Están de arriba a abajo, traduciendo una vez en un juicio de faltas y al momento en uno penal. En un caso están hablando en inglés o francés y al momento tienen que cambiar al árabe”, comenta el juez decano. Ello implica un estrés añadido para estos trabajadores.
Pero, lógicamente, Lamo de Espinosa también pone la atención en la propia actividad judicial. El hecho de que un juzgado no pueda disponer en un momento determinado de un intérprete da lugar a que la sesión se tenga que paralizar e incluso suspender.
“Se puede pasar la mañana esperando que un intérprete esté libre y luego el juez se vea obligado a suspender el resto de juicios”, explicó Lamo de Espinosa. Esos juicios que no se celebran tienen que ser fijados nuevamente, lo que implica un retraso en la Administración de la Justicia en Melilla.
La Delegación del Gobierno es la que da el destino a los intérpretes contratados
El director territorial del Servicio Público de Empleo Estatal (SPEE), Antonio Vázquez, aseguró ayer que los Planes de Empleo recogen la contratación de intérpretes en los idiomas de francés, inglés, árabe y tamazight. Sin embargo, dijo desconocer si este personal será destinado a los juzgados de Melilla o no. En declaraciones a El Faro, explicó que es la Delegación del Gobierno en la ciudad la que dará el destino a los traductores contratados.