Se acerca el Día de Todos los Santos y en el cementerio de La Purísima ya se va notando. A pesar de que no en todas las floristerías de Melilla elaboran todavía los ramos que se suelen poner en las tumbas de los difuntos, melillenses comienzan a acercarse al campo santo para dejar todo perfecto.
El Faro ha hecho un recorrido por varias floristerías de Melilla y solo ha podido encontrarlos en las que se encuentran en el cementerio. José Muñoz y Mayte Gómez, propietarios de las dos floristerías existentes a las puertas del campo santo explicaron cuáles son las flores más comunes en este día y qué colores se compran más.
El día 1 de noviembre es en el que se suelen congregar más personas en el cementerio para limpiar las tumbas o poner flores. Estas aglomeraciones que se ven durante el día hay quien prefiere evitarlas y acudir con antelación. Este año cae en martes por lo que se prevé que durante este fin de semana sean muchos los melillenses que decidan acudir.
En la purísima, los trabajadores empiezan ya a adecentar el cementerio. El Faro ha podido ver cómo se recogían las hojas que se caen de los árboles en esta época del año o se pintaban las paredes antes de la llegada de los familiares.
"De momento estos días vienen a limpiar y a preparar las tumbas, el movimiento que se ve son los trabajadores", explicó a El Faro José Muñoz, propietario de una de las floristerías del cementerio.
Aunque todavía la estampa en el cementerio era de un lugar en paz y tranquilidad, sí que este diario pudo ver a algunas personas que decidieron ir con antelación por diferentes motivos a dejar sus flores. Es el caso de una mlillense que ha hablado con El Faro. No ha querido dar su nombre puesto que su motivo para adelantar su visita al cementerio, es porque se va de vacaciones y no quiere que nadie lo sepa.
Este año no va poder cumplir como sí lo ha hecho siempre. Se va de viaje, pero no se olvida de su madre o de su suegra por lo que ha ido a comprarle unas flores. En este caso ella eligió margaritas y rosas, unas flores muy típicas para adornar las tumbas. Esta melillense aseguró que antes había mucha más variedad de flores. Para ella, la tradición de visitar el primero de noviembre a los difuntos se está perdiendo y con ello la variedad de flores.
Asimismo, hay quien acude regularmente a este lugar porque no se olvida de sus seres queridos que ya no están y esta es una forma de estar cerca de ellos. Es el caso de Pepi. Durante la visita de El Faro a La Purísima, pudo ver cómo Pepi se esmeraba en limpiar y decorar la tumba de un familiar. Pepi, con la emoción contenida, aseguró a este diario que suele ir mucho por allí. Como a ella, a otros melillenses que caminaban por el cementerio les costaba contener la emoción.
Melilla es una ciudad que se acuerda mucho de sus difuntos y de eso puede dar fe Mayte Gómez, encargada de una floristería del cementerio. "Hay mucha tradición de ponerle flores a los difuntos", dijo. Ella trabaja junto a la entrada y conoce bien a los clientes que van cada quince días o una vez al mes a poner flores a sus muertos. "Según se lo permita su trabajo", destacó.
Este año, la fecha se adelanta ya que el día 1 de noviembre es martes y en Melilla se hace puente. Esto ha provocado que las visitas a La Purísima se adelanten ya que muchas personas han decidido viajar. "Este año se está poniendo muy temprano", aclaró Mayte, ya que normalmente, según explicó, suele haber más movimiendo el día 31 de octubre.
¿Cuáles son las flores más demandadas?
El tipo de flores que se suele comprar para llevar al cementerio no ha variado mucho desde hace años. Lo que más se venden son los claveles aunque también son muy demandadas otras flores como las margaritas o las rosas. Esto es lo que aseguró a El Faro José Muñoz, florista. "La gente los suele pedir en rojo y blanco, peor para gustos los colores", aclaró.
En lo que sí ha visto él un cambio de hace tiempo a ahora es en que la tradición de comprar flores para los difuntos se está perdiendo. Muñoz insistió en que los jóvenes no tienen costumbre de comprar flores para llevar a los cementerios como sí lo hacen los más mayores. "La juventud está hipotecada, antes se gastaba más en flores, supongo que ahora es por la situación", recalcó.
En esto coincide también Mayte Muñoz, encargada de otra floristería del cementerio, que afirma que la economía no está hoy en día muy como para gastar grandes cantidades de dinero. El precio de las flores también ha subido bastante y eso se nota.
Esta florista apuntó que son los claveles las flores por excelencia normalmente en el cementerio aunque también destacó que las margaritas o las clavellinas también se venden mucho.
Cuando llega un día más señalado, afirmó Muñoz, los melillenses suelen comprar flores más diferentes como son los gladiolos, las rosas o las anastasias. "En días así a la gente le gusta poner cosas un poco más especiales", añadió.
En cuanto a colores más tradicionales, en ambos puestos coinciden, el rojo y el blanco son los más típicos seguidos del amarillo o el rosa. "Hay gente que le gusta ver colores diferentes", destacó Muñoz. Si hace años no se pensaba escoger un ramo de flores que se saliera de lo corriente, en la actualidad, dijo la florista, muchos melillenses se decantan por unas flores de tonos más alegres como pueden ser el fucsia, el violeta o el morado envejecido. "Se va cambiando, tanto el tipo de flor que se combina como los colores", añadió.
Para aquellos que viven en otras ciudades o no suelen acudir el cementerio con regularidad y no les gusta que las flores se marchiten también existen ramos de flores artificiales muy realistas. "Son flores de tela que parecen de verdad, están muy logradas y la calidad es muy buena, tienen la tranquilidad de que tienen el nicho siempre arreglado", explicó.
"Hay variedad de todo para poder escoger", recalcó Muñoz. A poco menos de una semana para el Día de Todos los Santos, en su puesto de flores está llegando la mercancía, que a medida que se vaya acercando el día, advirtió, se agotará.
Esto es lo que le pasó Marisol el año pasado, fue a comprar las flores el mismo 1 de noviembre y se encontró con que la mayoría estaban agotadas, por lo que tuvo que comprar un tipo de flor propia de otros eventos. Esta melillense recuerda que el ramo le salió bastante caro, por lo que este año va con tiempo. "Compré unas flores rarísimas, que nunca había visto y carísimas", contó a El Faro.
Marisol se ha decantado en esta ocasión por claveles rojos y amarillos aunque aseguró que no siempre elige el mismo tipo de flores. Se deja llevar por lo que le gusta en ese momento. "Cuando me acuerdo de ellos, vengo a traer flores", añadió. Los claveles, además, duran mucho más que otro tipo de flores, señaló Marisol.
Llevar ramos de flores a los difuntos es una de las tradiciones cristianas que continúan hoy en día. Marisol, al igual que el resto de encuestados por El Faro duda que se pierda con el paso de los años. "Este dia hay que traerlo sí o sí, no creo que esta tradición se pierda", insistió.