Un año puede dar para mucho... o para poco, según se mire, evidentemente.
En el caso de las relaciones entre España y Marruecos, el primer punto importante de estos ya más de 365 días, y que fue el motivo más evidente de la recomposición en la amistad entre los dos países, se produjo a mediados de marzo de 2022. En ese momento, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, envió una carta al Rey Mohamed VI en la que abandonó la tradicional posición española que abogaba por un referéndum de autodeterminación y pasó a apostar por el plan de autonomía para el Sáhara Occidental, planteado por Marruecos en 2007, como “la base más seria y realista” para lograr una solución a este conflicto.
Ello le valió al jefe del Gobierno español no pocas críticas, tanto desde el ala morada de su Ejecutivo -los integrantes de Unidas Podemos-, como desde la oposición en el Congreso de los Diputados o incluso desde el Frente Polisario, que acusó a Sánchez de haber sucumbido a las presiones marroquíes.
Un par de meses más tarde, este viraje del presidente comenzó a dar sus frutos, cuando, concretamente, la medianoche del día 17 de mayo, se reabrieron las fronteras de Melilla y Ceuta.
Una reapertura que, después de dos años, trajo consigo algunas novedades, regidas, sobre todo, por un nuevo protocolo mucho más estricto que el que existía antes de su cierre para los habitantes de las dos ciudades autónomas y sus provincias limítrofes -que en el caso de Melilla es la de Nador-, puesto que sus ciudadanos pasaron a tener que sellar el pasaporte.
Esto motivó, sobre todo al principio, y con la cantidad de gente que salió a Marruecos, largas colas y hondas protestas por parte de varios colectivos ciudadanos al respecto. La mayoría de estas protestas ya no se escuchan y parece que los tiempos de paso y de sellado de pasaporte de han reducido durante los últimos meses.
El 24J y la BBC
Otra prueba de la mejora de las relaciones entre España y Marruecos se produjo el 24 de junio del año pasado, cuando hubo un salto masivo a la valla de Melilla que dejó, oficialmente, 23 muertos y decenas de desaparecidos.
En aquel episodio, la colaboración de las fuerzas de seguridad marroquíes para contener el salto fue elogiada desde España.
Ante ello, numerosas ONGs y otro tipo de organizaciones de carácter humanitario mostraron sus reservas sobre el comportamiento y la forma de parar la entrada masiva por parte de los agentes de ambos países, debido a que, según arguyen, se habían empleado con demasiada violencia.
La famosa cadena de televisión británica BBC se acercó a Melilla a grabar un documental ‘Death on the border-BBC Africa eye documentary’ (‘Muerte en la frontera-Documental con África en el punto de mira) y fue más allá al emitir imágenes que, según ellos, demostraban que los policías marroquíes habían entrado en territorio español para arrastrar cadáveres al otro lado de la frontera.
Se trató de un episodio muy comentado tanto en medios nacionales como también, e incluso, fuera de España y que aún hoy en día colea debido a las dudas existentes por parte de diversos colectivos en cuanto a la legalidad de las actuaciones.
Y llegó la Reunión de Alto Nivel (RAN), la duodécima, entre España y Marruecos los días 1 y 2 de febrero de este año. Un encuentro al que, si bien asistió el presidente del Gobierno español, no lo hizo el monarca marroquí, lo que provocó ciertas dudas en cuanto a la importancia de lo que allí se trató.
En la cumbre se llegó a ciertos acuerdos -especialmente en lo referente a inmigración y educación, así como sobre intercambios comerciales-, pero también es cierto que en el documento suscrito no se mencionó a Melilla ni a Ceuta en ningún momento, acaso para no herir susceptibilidades en el país vecino.
De hecho, en la RAN, que además llevaba sin celebrarse desde 2015, no se trató el asunto que probablemente más interesaba a los melillenses, como era la reapertura de la aduana comercial, que había sido cerrada en agosto de 2018 por Marruecos de manera unilateral pese a que esta llevaba funcionando décadas.
Unos días antes, el 27 de enero, se había realizado una prueba piloto que la delegada del Gobierno, Sabrina Moh, consideró como un “hito”, ya que suponía el primer paso para la reapertura.
Un mes más tarde, el 24 de febrero, hubo una segunda prueba en la hoja de ruta marcada hacia la normalización de la situación en la frontera, que era el “objetivo final” de los acuerdos alcanzados durante los últimos tiempos entre España y Marruecos.
Desde entonces, nada más se sabe, y, mientras tanto, la sociedad se debate entre la necesidad de seguir mirando hacia el vecino de al lado o dirigir la vista hacia Europa, hacia el norte, con un equilibrio siempre tan difícil de alcanzar, pero que no por ello debería darse por perdido de antemano.