Cuesta trabajo entender los bandazos que está dando el Partido Popular respecto a la posición que pretende adoptar sobre el salto a la valla del 24 de junio, en Melilla, que se saldó con al menos 23 fallecidos, según los datos aportados por Marruecos.
Este viernes los populares votaron junto al PSOE, Vox y Ciudadanos para frenar la comisión de investigación en el Congreso de los Diputados que pedían los socios de Gobierno de Pedro Sánchez para esclarecer las circunstancias en las que se produjo la tragedia de Barrio Chino.
Pocas horas después, el PP de Feijóo se abrió a activar esa comisión porque según dijo, es una decisión que tienen bastante "reflexionada".
En un acto en Cataluña, Feijóo ha dicho que va a esperar a que Marlaska vuelva a comparecer en el Congreso el 30 de este mes de noviembre antes de tomar una decisión al respecto.
El caso es que no se entiende que el PP viaje a Melilla con Bildu, ERC, UP y PSOE a visionar las imágenes de lo ocurrido en el salto a la valla del 24J y que luego de verlas, en el Congreso no apoye la Comisión de Investigación a Marlaska sin explicar claramente por qué dan ahora oxígeno al mismo ministro al que llevan semanas pidiéndole la dimisión.
Este tira y afloja del Partido Popular descoloca porque no se sabe qué es lo que quiere realmente. Un día pide la dimisión de Marlaska y al siguiente apoya que no sea investigado.
En Melilla echamos de menos la opinión de la senadora popular Sofía Acedo que habitualmente se viene ocupando de los temas de inmigración y que, de momento, guarda más silencio que el responsable de frontera del PSOE local. Fidel Moga no ha dado una sola rueda de prensa para hablar de inmigración y frontera pese a que Melilla ha vivido la tragedia más grande que se recuerda en la valla.
Estamos en la recta final de la legislatura. Cinco meses dan para mucho, pero hay que encontrar un punto de inflexión. Los bandazos se llevaron por delante a Ciudadanos hasta convertirlo en una fuerza residual. El PP empieza a notar el desgaste.