Según la defensa, los dos procesados entraron en el local para dormir, pero no para robar
La Fiscalía de Melilla reclamó esta semana una pena de un año y nueve meses de prisión para dos acusados de un delito de robo con fuerza en las cosas. Supuestamente forzaron la cerradura de un bar y realizaron un butrón en la pared para acceder a su interior y sustraer varios objetos de forma ilícita.
De acuerdo con la acusación, los procesados se llevaron dos televisiones y ocasionaron daños que ascendían a la cuantía de 5.2600 euros. Estos hechos presuntamente tuvieron lugar en enero de 2017 en el Bar Javier, situado en una de las calles paralelas a la de Álvaro de Bazán, en el barrio Industrial. Los mismos fueron enjuiciados este martes ante el juez titular del Juzgado de lo Penal 1.
Ninguno de los dos encausados se presentó a la cita judicial, aunque el juicio pudo celebrarse en ausencia de ellos. Esto fue así porque la pena que se les reclama no supera los dos años de prisión. De lo contrario, la vista hubiera tenido que suspenderse y aplazarse a una nueva fecha.
El primero en declarar fue el hijo de uno de los propietarios del local, que fue quien se dio cuenta de que la puerta había sido forzada. “Llegué por la noche y vi que había varias personas dentro del establecimiento”, sostuvo. Según dijo, para acceder al interior hicieron un butrón en una de las paredes.
De acuerdo con la versión de uno de los dueños del bar, además del agujero en la pared, habían forzado la cerradura de la puerta del almacén. Así pasaron a un patio interior, desde el que hicieron el butrón para entrar dentro del local.
Según apuntó el testigo, estaba completamente convencido de que las personas que hallaron en su interior fueron las mismas que causaron los daños en el establecimiento y que se llevaron varios objetos, como dos televisiones, sin que hubieran podido recuperar ninguno de los artículos sustraídos.
Se habían escondido
Un agente de la Policía Local explicó que, al llegar al bar, encontró la cerradura de una puerta forzada. Su compañero agregó que al acceder a su interior vio que estaba todo “revuelto”. Allí se encontraron a dos individuos, que se habían escondido dentro de la cámara frigorífica. “Recuerdo que habían hecho un butrón en la pared”, expuso.
No obstante, aclaró que no recordaba que estuvieran en posesión de ninguna herramienta con la que hubieran podido hacer el agujero en la pared o forzado la cerradura.
Estaban durmiendo
La fiscal, tras escuchar todas las declaraciones, solicitó al titular del juzgado que dictara una sentencia condenatoria. Sin embargo, la letrada de la defensa pidió la absolución de sus representados. Según aseguró, los procesados manifestaron en sede de instrucción que entraron en el local al comprobar que una ventana estaba fracturada para tener un lugar en el que dormir. En este sentido, incidió en que no se les había encontrado ninguna herramienta con la que forzar una cerradura o realizar un butrón.
Asimismo, la abogada subrayó que no era creíble que los procesados hubieran robado dos televisores y luego regresasen al lugar del robo. Por todo ello, concluyó que no existían pruebas incriminatorias en contra de los encausados.
Finalmente, el juez manifestó que el caso había quedado visto para dictar una sentencia.