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En la ciudad sabemos que el criterio económico es el más rentable, pero tenemos muy mala experiencia con las consecuencias de esa rentabilidad
El presidente Juan José Imbroda confía en que si el Ministerio de Fomento decide adjudicar a la naviera Trasmediterránea el contrato marítimo de Melilla por cero euros, los 14 millones que se ahorra se puedan invertir en la ciudad.
Eso podría traducirse en que Imbroda no descarta que Madrid adjudique el servicio público del barco entre la ciudad y Málaga y Almería a una compañía con la que el presidente ejecutivo de Acciona, José Manuel Entrecanales, está “cómodo”, aunque no cierra la puerta a incorporar un socio a Trasmediterránea, fusionarla con otra gran naviera del Mediterráneo o hasta venderla. Así lo recogió el diario Expansión hace justo un mes, cuando se celebró la asamblea de accionistas de la compañía.
La semana pasada saltó la liebre en Melilla. Un globo sonda informativo avanzó que Trasmediterránea se había llevado el contrato marítimo. La naviera negó la mayor. Turismo dijo que no sabía nada y Marina Mercante sólo se limitó a avanzar que conoceríamos esa adjudicación en estos días.
Ayer Imbroda avanzó que previsiblemente se sabrá esta semana quién se lleva el contrato marítimo, Trasmediterránea o Baleària, las dos compañías que se han presentado al concurso.
Para los melillenses no hay nada más importante que saber quién se adjudica el contrato marítimo y cuánto dinero se gastará el Gobierno de Rajoy en ello.
Trasmediterránea dice que puede hacerlo a coste cero. Eso significa que entiende que el negocio es rentable, sobre todo, ahora que la compañía le ha pegado un lavado de cara a las zonas comunes y camarotes de sus barcos con un presupuesto de 6 millones de euros.
La pregunta es obvia: si la naviera no cobra por prestar ese servicio, esencial para los melillenses, ¿Fomento le exigirá que cumpla con las cláusulas del contrato?
Los pasajeros que habitualmente viajamos en los barcos de Trasmediterránea sabemos que la compañía en el último año ha mejorado muchísimo la calidad del servicio, pero en la memoria colectiva está todo lo que hemos vivido.
También sabemos que en temporada baja los barcos viajan prácticamente vacíos. Por muy barato que esté el combustible, ¿es rentable sin ayudas públicas?
Habrá que hacer mucha pedagogía para que los melillenses entendamos que Fomento opta por adjudicar el contrato marítimo a la compañía que le sale más barata.
En la ciudad sabemos que el criterio económico es el más rentable, pero tenemos muy mala experiencia con las consecuencias de esa rentabilidad. Ahí está la obra del Mercado Central, aún sin acabar, tras las dificultades económicas de la constructora que se adjudicó la el contrato presentando una oferta económica ventajosa para la Administración. Más reciente es la paralización de los trabajos del IES Jardín Valenciano porque la adjudicataria, que en su día presentó una buena oferta, pide más dinero para continuar. Sólo falta que nos pase lo mismo con el contrato del barco.