El Centro Hijos de Melilla celebró el sábado, como es tradicional, el Día del Padre con una comida para los socios, quienes abarrotaron el local.
Los asistentes disfrutaron, en un ambiente festivo y cordial, de jamón, lomo y queso, langostinos, pulpo, mejillones, ensaladilla rusa, anchoas, aceitunas, tortilla de patatas, chopo en salsa… Todo ello regado con abundante cerveza y vino. Además, se entregaron unos trofeos con forma de fichas de dominó a las tres parejas mejor clasificadas en el torneo que el centro organizó durante toda la semana u cuyos vencedores fueron Joaquín Díaz y Luis Carmona.
Uno de los momentos más emotivos de la jornada fue cuando se entregó una placa a Ángel Díaz Montero como socio de honor, en un acto que estaba programado hacer en diciembre y que hubo que posponer porque el premiado no se encontraba en la ciudad en aquel momento.
Cabe recordar que el Centro Hijos de Melilla tiene cinco días grandes durante el año, que son el Día del Padre, el Día de la Madre, la Romería, el Día de Melilla y la comida de Navidad. En este sentido, el presidente de la asociación, Feliciano Palomo, ha adelantado que ellos continuarán celebrando el Día de Melilla el 17 de septiembre, como es tradición.
Palomo apuntó que la directiva trabaja para que los socios no paguen nada por estas fiestas, a veces poniendo los miembros de la junta directiva y otros socios dinero de su bolsillo, para que constituyan un “aliciente”. Y ello teniendo en cuenta, además, que, como estos días no abre el bar, a los arrendatarios y camareros del local, Rafik Attalhaoui y Jessica Vidal, la asociación les abona el precio de las bebidas y los cafés, porque, como dice Palomo, es “razonable” que ellos tienen que ganar algo.
El futuro del centro
Así, Palomo recordó que, para poder organizar estos eventos, dependen en gran parte de que les ayuden las autoridades. Ya el año pasado el Centro, que tiene 62 años de historia, no recibió subvención. Para este año, su presidente ha solicitado una aportación mayor de los 15.000 euros anuales que percibió en 2021, ya que hay que contar con los altos precios del alquiler o la luz. Además, su intención es reformar el mobiliario y cambiar dos aparatos de aire acondicionado.
“Creo que no es de recibo que el Centro Hijos de Melilla no reciba subvención”, opinó Palomo, quien resaltó que su labor y la de la junta directiva es totalmente “altruista”, pero que el día que el local no pueda mantenerse habrá que cerrarlo. “Si las autoridades no quieren mantener el centro, se cerrará. Sabrán que habrán cerrado un lugar con muchos años de historia y que es su casa para mucha gente. Gente que se levanta a las ocho de la mañana y viene a tomarse su café, jugar su partida de dominó y luego a beberse su cerveza. Si les quitas esto a esas personas, las estás matando”, explicó Palomo. La asociación hace lo que puede, hasta el punto de que incluso les paga el taxi a dos hombres que residen en la Gota de Leche. “Eso hay muy poca gente que lo haga y demuestra la hermandad del Centro Hijos de Melilla”, apuntó su presidente.
“No tenemos un sitio más grande, qué le vamos a hacer, pero el Centro Hijos de Melilla tiene que seguir. Lleva 62 años y no lo podemos quitar”, concluyó Palomo, quien negó que una solución sea alquilar otro local, porque “la solera del Centro Hijos de Melilla está aquí”.
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