Queridos alumnos: Con toda verdad os digo que estoy hasta el sombrero de ‘los niños y las niñas de papá’.
Fernando Vizcaíno Casas, escritor proscrito por la actual ‘nomenclatura’ de lo políticamente correcto, nos dejó escrito un libro delicioso que refleja fielmente los contornos de aquella sociedad de finales de los 70 del pasado siglo, en la que los hijos de la generación de los 40 ya eran padres y son incapaces de educar a sus hijos que se convierten en verdaderos tiranos y abrazan la democracia, mejor dicho los nuevos usos y costumbres que se implantan ,según su leal saber y entender.
Poseo la primera edición de Planeta,colección Fábula de febrero de 1979 y me lo paso ‘pipa’ cada vez que lo releo.
Esto sucede también aquí y ahora y los que entonces eran ‘hijos de papá’, ahora son ‘pijoprogres’ conservando, por supuesto, la condición inalienable de ser ‘hijos de papá’.
Por eso estoy hasta el sombrero de las ‘gentes bien’ que son ‘queda bien’.
Estoy harto de los que han representado y representan lo mas rancio y lo más casposo de una sociedad hipócrita, sean ahora ‘progres’ o mejor ‘pijos progres’ para trepar en la vida y encima presumir de conocimientos que no poseen y además se permiten sentar cátedra de todo cuanto ignoran.
A ellos, a estos especímenes,van dedicadas estas letrillas y las que vendrán en el futuro.
¡Pijoprogre! ¡pijoprogre,
progre de la progresia!
¡El día que tú naciste,
grandes señales había!
La luna estaba de plata,
la mar estaba tranquila,
todo era paz y sosiego...
en las calles de Melilla.
Fueron pasando las noches,
fueron pasando los días.
Tu vida color de rosa era envidia
de la vida.
Fuiste a privados colegios;
eran envidias y envidias,
tus trajes siempre de ‘marcas’,
tu prosapia distinguida.
Tu andares elegantes,
tus dosis de simpatía,
tu manera de invitar,
tu esplendorosa sonrisa,
tu ‘clase’, tu aristocracia,
tu formas tan exquisitas...
Siempre originan rumores.
Rumores de sacristías,
las gentes que van rodando
presumiendo de principios,
tan carentes en tu vida.
Estas cosas, otras cosas
y otras tantas fantasias...
Fueron pasando las noches,
fueron pasando los días.
Te premiaron con gabelas
los gobiernos derechistas.
Prebendas vinieron luego,
por medio de tu familia,
eras muy reconocido por tu
alcurnia enaltecida.
Eras tú muy bien pensante,
liberal y progresista..,,
¡Qué bien pasabas el cazo!
¡Qué elegante la medida!
¡Estabas siempre pidiendo
sin parecer que pedías!
¡Tus padres siempre te llenan
de dádivas y sonrisas!
¡Todo es poco para ti y para
tu jocunda vida!
Vinieron luego, otros tiempos.
Vinieron gentes distintas.
Con barbas y con coletas,
con muchas ganas de vida.
Te ilustraron en derecho,
fiestas y filosofías...
Desde entonces bien cogiste
el tren de la progresía...
Te afiliaste a la protesta,
al grito y a las orgias
(Eran tan malos aquellos a los
que debes la vida)
Trepaste, trepa que trepa.
¡Figurón de progresía!
Dejaste atrás los principios,
Dejaste atrás las sonrisas,
los abrazos, los amigos...
todo aquello que te unía,
con un mundo de finezas ,
lleno todo de alegría...
Ahora eres ‘pijo progre’,
progre de la progresía...
Tu tiempo lo pierdes siempre
persiguiendo a los ‘fascistas’,
aquellos que en mil retratos
adoraba tu familia.
Franco estaba en la pared
del salón o la salita con un vistoso
vestido que anuncia una montería.
“Qué admirables las palabras
del gran Caudillo en Sevilla”.
Tu padre así lo afirmaba,
con una entera sonrisa,
inclinando levemente
la cabeza encanecida ...
¡El día que tú naciste,
grandes señales había!
Melilla duerme en silencio,
sus esperanzas... sus vidas.
El mar estaba ya en calma,
la luna de plata fina
se lamentaba en silencio,
por ti ‘pijoprogre’, ‘progre’,
¡‘progre’ de la progresía!
El que quiera más que venga mañana.
Que no le falte agua al elefante.