María Luisa Capelo recuerda perfectamente su primer día en la Legión en Ceuta. Era muy joven cuando empezó su carrera militar, pero no sería hasta sus 33 años cuando comenzaría a trabajar al servicio de La Legión. Hoy, cuatro años después, es sargento de la Tercera Compañía del Cuarto Tercio.
La sargento Capelo se crió entre uniformes. Su padre, sus hermanos… toda su familia es legionaria. Cuenta que de niña ya decía que quería ser legionaria, que le fascinaba el paso rápido de los desfiles y la Canción del Legionario. Jamás pensó en su niñez que su sueño podría cumplirse, pero se equivocó.
“Desde pequeña siempre me ha gustado el ambiente militar y la sorpresa no fue tal. Al principio mis primeros años como militar no fueron en La Legión, sino que fue cuando ascendí a sargento cuando ya entré en la unidad. Aunque siempre he tenido la espina de que algún día sería dama legionaria”, recordó.
Una dama legionaria natural de Ponferrada que a sus 37 años considera a La Legión como una “verdadera familia”. No obstante, se crió en Fuerteventura, donde estuvo su padre destinado durante muchos años. Ahora mismo bajo su mando son todo hombres, pero en sus cuatro años dentro de La Legión ha tenido a tres mujeres a su cargo.
“Desde el principio la verdad es que he estado a gusto. No he tenido ningún problema en la Legión. Yo ya venía sabiendo lo que es el espíritu legionario y para mí era una ilusión muy grande pasar por lo menos algunos años en alguno de los tercios. Por ahora pienso quedarme en Ceuta una temporada, aunque me gustaría pasar por algún tercio en Almería o Ronda”, continuó Capelo.
Durante más de setenta años, la Legión fue cosa de hombres, pero desde mediados de los noventa se han ido incorporando mujeres a casi todos los cuerpos y escalas. Son las novias de la muerte que han venido demostrando su valía y capacidad en todas las unidades de combate desde que tuvieron la oportunidad de alistarse.
Sin embargo, los comienzos nunca son fáciles. “Lo más difícil son los inicios de la vida militar, acostumbrarse un poco y coger el ritmo de vida. El primer año siempre cuando inicias como soldado o como legionario es complicado. Después las misiones que uno va fuera son difíciles porque ves cosas que nadie quiere ver. Y luego las misiones más gratificantes serían muchas como desfiles, estar con los compañeros día a día, estar con nuestra familia legionaria, hacer instrucción y llegar a casa y sentirte bien contigo mismo”, contó.
Tampoco fue fácil cuando la sargento Capelo estuvo en Afganistán en 2019. “Hombre cuando uno está en una misión fuera es complicado y más en Afganistán que en aquella época aún había algo de movimiento. Pero no hubo ningún problema gracias a Dios y pudimos volver todos sanos y salvos ”, prosiguió.
Ahora que se cumplen treinta y dos años de la incorporación de la mujer a las Fuerzas Armadas nada mejor que analizar la presencia femenina en una de las unidades de élite más laureadas y reconocidas dentro y fuera de España.
“Desde el principio he estado a gusto. No he tenido ningún problema en La Legión”
“En los cuatro años que llevo no he tenido ningún tipo de problema. Hombre uno se lo tiene que ganar siempre, pero tanto si fuera hombre como mujer. En eso no hay distinción. Jamás he tenido problemas de dejarme de lado o de nada la verdad”, explicó la sargento.
Este año atípico la sargento soñaba con participar en los actos de celebración del centenario de La Legión en Ceuta. Un orgullo para todo legionario desfilar el 20 de septiembre en su fiesta grande, pero que este año no será posible por el Covid-19. Un coronavirus que ha roto todos los esquemas en todos los ámbitos y también en la vida militar.
“El 20 de septiembre, bueno, no es una fiesta en sí, sino que es una celebración de todos los años de instrucción que se ha llevado a cabo en todos estos cien años. Sobre todo, en el centenario es triste para nosotros no poder celebrarlo como Dios manda y poder hacer todos los actos para imantar todos esos cien años en esos días. Una semana que es cumbre para nosotros y el 20 de septiembre es una fecha señalada y esperada por todos”, recordaba.
El acuartelamiento de García Aldave este año no acogerá la celebración del centenario de la Fundación de La Legión en Ceuta. No habrá gritos de ‘Viva España, Viva el Rey y Viva La Legión’. Tampoco a los ceutíes se le pondrán los pelos como escarpias al escuchar el ‘Novio de la Muerte’.
“Personalmente, sobre todo la primera vez que hice mi primera formación y canté el ‘Novio de la Muerte’ me quedé casi sin voz y me salían las lágrimas. Sin duda y sobre todo hoy en día se siente más el calor de la gente”, rememoró Capelo.
Todavía hoy la gente se sorprende al ver a una mujer en La Legión. Aunque hoy en día, no se entendería La Legión sin las mujeres. Una normalidad en un mundo de hombres que parece que comienza a consolidarse. Una Legión en Ceuta que tras cien años comienza a ser una Legión de mujeres.
Una gran familia: “El Credo es compañerismo, disciplina y espíritu. Hay que tenerlo bien arraigado”
Para la sargento María Luisa Capelo La Legión es una segunda familia y habla del Credo Legionario, cuyos principios cien años después de que el teniente coronel Millán Astray los escribiera, siguen vigentes más que nunca en la vida militar.
“El Credo legionario es compañerismo, disciplina y el espíritu legionario. Hay que tenerlo bien fuerte arraigado. Esos tres valores principales, a parte del resto, son muy importante tenerlos bien presentes en uno mismo”, comentó emocionada.