La encuesta de la EPA desvela que Melilla tiene la tasa de paro más alta del país en el segundo trimestre del año y la segunda región donde más aumenta el número de desempleados.
No es posible obviar el margen de error que tiene esta encuesta en nuestra ciudad y no viene a constatar un hecho que ya todos conocemos. La tasa de paro en Melilla sigue siendo alta. Detrás de las cifras y porcentajes hay personas y familias que lo están pasando mal. Sin trabajo, sin un sustento que llevar al hogar, con cargas económicas y bocas que alimentar. Es la realidad del paro en España y en Melilla. La encuesta de la EPA no nos descubre nada nuevo y sí nos recuerda un problema viejo. De ahí la importancia que tendrá en esta legislatura la recién creada Consejería de Economía y Empleo del Gobierno de la Ciudad. Será la encargada de dirigir e impulsar todas aquellas iniciativas encaminadas a crear empleo y dinamizar la economía local. Será el área del nuevo Ejecutivo en la que estarán puestas todas las miradas, todas las esperanzas. Especialmente para esas familias que lo están pasando mal y a las que no solamente será suficiente una prestación que les ayude a aguantar el tipo hasta que alguno de sus miembros logre un puesto de trabajo. Las medidas para la lucha contra la pobreza y la exclusión social juegan un papel crucial en la fórmula para conseguir ese bienestar, esa mejora de la calidad de vida de los melillenses. Objetivo que comparten nuestros representantes políticos, independientemente de su color. En el ánimo de paliar la pobreza y crear empleo, los partidos políticos con representación en la Asamblea no pueden discrepar. La Consejería de Economía y Empleo juega un papel importante para cumplir, al menos, la segunda parte del objetivo y en este empeño debe haber cabida al diálogo, al consenso para sacar Melilla adelante. Pero el trabajo de la Consejería, ahora en manos de Sofía Acedo, deberá ser integral. Recordemos que Acedo viene del área de Juventud, y en Melilla este colectivo está especialmente afectado por la alta tasa de desempleo. Todo ello se apoyará en otro pilar fundamental en la lucha por rebajar la tasa de paro: La formación. No es una directriz marcada únicamente por el presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, es de sentido común. El perfil del desempleado melillense exige de un empeño adicional para mejorar su cualificación y su formación para una mejor y más fácil reinserción laboral. Es posible que atacando el problema desde las causas se podrá atajarlo y Melilla podrá sumarse a este tren de la recuperación económica. Ahí están puestas las miradas y las esperanzas.