El Museo del Automóvil inaugura su segunda exposición con la que esperan cosechar un éxito similar al alcanzado con la muestra de cupés con 1.540 visitas.
Desde los años 30 a los 70. Medio siglo de historia melillense a través de las berlinas. Se trata de la segunda exposición que fue inaugurada ayer en el Museo del Automóvil, en la carretera de Hidún, en presencia del viceconsejero de Turismo, Javier Mateo. Los responsables de la asociación Amigos del Automóvil como Federico Navaja confía en cosechar un éxito similar al alcanzado con la anterior muestra centrada en los modelos cupé y cabriolet con un total de 1.540 visitas en nueve meses.
Catorce modelos son los que están expuestos en esta muestra gracias a la colaboración de muchos particulares melillenses con un coche clásico. Ordenados por parejas de la misma marca, el visitante podrá darse cuenta de la evolución de los diseños y las características de las llamadas berlinas. Una tipología de vehículos que, hoy día “estamos acostumbrados a ver por la calle y no nos damos cuenta de su importancia”. Navaja lo definió como aquel vehículo de cuatro puertas con techo rígido y aspecto señorial que da muestra del estilo de vida que Melilla y los ciudadanos tenían en cada década.
Así, los visitantes podrán encontrar ejemplares tan emblemáticos como el Mercedes 170 de los años 30; el Mercedes Pontón de los años 50 y el Cadillac del 57; los felices años 60 con el Fiat 1500, el Peugeot 304 y los Mercedes 190 y 220 y, por último, el Peugeot 504 y el Rolls Royce del 78.
El presidente de la asociación puntualizó que de los años 40 no existen ejemplares puesto que las fábricas de automóviles estuvieron paralizadas a causa de la II Guerra Mundial.
Por su parte, el viceconsejero de Turismo destacó el éxito conseguido con la apertura al público de este complejo museístico así como adelantó que en los próximos meses se ampliará con una segunda nave para albergar más coches clásicos.
“El objetivo principal de esta iniciativa es recuperar la historia y el modo de vida de los melillenses así como una parte importante del Patrimonio de la ciudad”, dijo. Por ello, animó a todos los particulares que poseen un coche clásico a que participen de esta exitosa iniciativa de la que confían poder organizar visitas guiadas para los escolares melillenses.
Por su parte, el propietario de las instalaciones, Miguel Ángel Hernández, destacó la importante donación que la familia Montilla ha realizado al Museo tras el fallecimiento de éste en un trágico accidente en su taller. “Gracias a él tenemos un motor Citroën del 17 y “muchas piezas que fue guardando por el gran amor que tenía por los automóviles”. Colección que se expondrá en la ampliación del museo.