Las temperaturas del agua del mar también son noticia cada verano. Las cifras recogidas por las redes de boyas de Puertos del Estado muestran niveles realmente preocupantes en las costas de nuestro país durante la estación estival.
En el caso de Melilla, este verano registró un nuevo récord absoluto en la Red Costera, la más cercana a puertos y playas. La boya de nuestra ciudad reflejó una temperatura de 30.6 grados el 19 de julio a las 17:00 horas. Este fue el valor más alto registrado por dicha Red.
Estas temperaturas tan elevadas poseen un claro efecto negativo tanto en la flora como en la fauna marina del litoral de Melilla.
Acidificación
En declaraciones a El Faro, el presidente de la Asociación Guelaya Ecologistas en Acción, Manuel Tapia, dijo que la subida de la temperatura del agua del mar está provocando la acidificación del agua. Este fenómeno hace que los mares se vuelvan más ácidos como consecuencia de la absorción continuada del carbono presente en la atmósfera. Los expertos coinciden en que este fenómeno está aumentando debido a las emisiones de origen humano.
La acidificación es un problema que afecta a especies fundamentales en la zona como la Zostera Marina y la 'Cymodocea Nodosa', cuyas praderas son muy importantes y necesarias para el ecosistema marino del Mar de Alborán, al igual que la Posidonia, que también se ve muy afectada por la subida de la temperatura en el mar. Las praderas de esta planta son uno de los ecosistemas más valiosos del Mediterráneo por el aporte de millones de litros de oxígeno a las aguas.
Otro de los problemas de la subida de la temperatura del agua del mar es la sobrepoblación de medusas en las playas, lo cual afecta al baño de la ciudadanía en las costas de Melilla, con el consiguiente daño económico y turístico para la ciudad en lo que Tapia dijo, "las playas son un reclamo de nuestra ciudad y uno de los pocos lugares de ocio para la población". Obviamente, Tapia expresó que, dependiendo de la especie de medusa, esta afecta en mayor o menor medida a los bañistas. En el caso de la muy urticante 'Pelagia Noctiluca', se hace necesario suspender el baño por el riesgo que supone este animal.
Sin embargo, Tapia destacó la invasión biológica como el mayor problema al que se enfrenta el litoral melillense. El presidente de Guelaya afirmó que en las costas de nuestra ciudad están apareciendo especies invasoras como el caso de ciertas especies de algas que están causando graves daños en otros puntos del litoral español, como es el caso de la 'Rugulopteryx'.
Además, hay que añadir otras especies invasoras como el caso del cangrejo azul, el cual aún no se está midiendo el riesgo que conlleva pero el cangrejo señal sí que estaría afectando bastante a la fauna autóctona.
Riesgos
En un plano más general, la subida de las temperaturas en el mar está provocando una serie de fenómenos en las costas de nuestro país que, de acuerdo con Tapia, afectan al ecosistema de manera palpable aunque también de forma sutil en el largo plazo, como el caso de la acidificación. El presidente de Guelaya manifiesta el caso de la llegada de oleadas de ostras en las costas de Galicia, como una situación "que esperamos en países lejanos pero que están sucediendo en nuestro país".
Por otro lado, Tapia afirmó que en el Mediterráneo ya está ocurriendo una situación que se temían los científicos.
"Lo que alimenta a los huracanes en el Mar Caribe son las altas temperaturas del agua, cuanto más caliente es el agua más violentos son los huracanes. En el Mediterráneo ya hemos visto lo que ha causado el ciclón Daniel, el cual según se desplazaba hacia el Oriente iba cogiendo más fuerza, no hay más que ver los daños que ha causado en Libia, 10.000 muertos, es tremendo".
Boyas
Puertos del Estado cuenta con una Red Exterior de Boyas (o boyas de aguas profundas) compuesta por 15 posiciones de medida, una Red Costera de Boyas con 12+2 posiciones de medida, una Red de 41 Mareógrafos en toda la Costa Española, 24 sensores meteorológicos asociados a los mareógrafos y una red de Radares de Alta Frecuencia con 4 sistemas, 3 de ellos compartidos con otras instituciones.
Las boyas, cada hora, miden la temperatura del agua durante un intervalo de tiempo entre 1 y 10 minutos dependiendo del tipo de boya y sobre esa información se calcula un promedio que se considera representativo en esa hora. El sensor de temperatura del agua se encuentra a distinta profundidad según el tipo de boya, en las de la Red Exterior se localiza a 3 metros y en las boyas costeras está en la base del casco, a alrededor de 1 metro de profundidad.
La temperatura máxima registrada en el agua del mar en los meses de julio y agosto ha sido de 31.21 grados, reflejada en la boya de Dragonera (Baleares) el pasado 24 de agosto, a las 15:00 horas. Esta misma boya registró el récord absoluto de temperaturas, con 31.36 grados, en agosto del año pasado.