La revueltas sociales en el Magreb han paralizado todas las reuniones y acuerdos.
Una de las políticas más ambiciosas que puso en marcha la Unión Europea fue la refundación del llamado proceso de Barcelona, surgido en las postrimerías del siglo XX y reforzado en los primeros años del siglo XXI, cuyo objetivo principal era el acercamiento entre Europa y el Magreb, permitiendo la consolidación de una zona de libre comercio entre ambas riberas del Mediterráneo.
El último impulso que se le dio acabó creando la Unión por el Mediterráneo, aunque de momento no parece que haya tenido mucha efectividad en la medida en que los acuerdos y encuentros entre los países miembros no pueden llevarse a cabo con asiduidad.
Y uno de los problemas que lo impiden son las revueltas sociales que se han producido en los países de la zona. “No veo mucha posibilidades de recuperar las reuniones y acuerdos”, afirmó el profesor de Derecho Internacional, Vicenter Garrido Rebolledo, y recordó que en estos momentos, la UE está más volcada en la solución de otros problemas, en particular Irán y Siria.
En este último país el régimen dictatorial se ha mostrado inflexible a las protestas ciudadanas, aplicando una represión bastante dura, que ha causado ya la muerte de cientos de personas.
Garrido Rebolledo considera en estos momentos una incógnita lo que pueda suceder en este país, aunque a la vista de la intervención armada en Libia, no se descarta que pudiera suceder lo mismo, aunque las circunstancias son diferentes.
“Se hace difícil hablar de cooperación en el Mediterráneo, ahora que hay tantas revueltas en el Magreb”, afirmó y recordó que en estos momentos no puede hablarse de cooperación en toda esta zona.
Pese a ello, comentó que Egipto sigue siendo uno de los países más interesados en sacar adelante la Unión, con lo cual si se estabiliza el país, lo más probables es que vuelva a ser uno de los socios más comprometidos.
Por último, el caso de Túnez es importante en la medida en que será el primero en realizar elecciones presidenciales y además estaba a punto de firmar con la UE un acuerdo de estatuto de socio avanzado, similar al que tiene rubricado Marruecos.
La Unión por el Mediterráneo deberá esperar mejores tiempos para consolidarse.