l El rector de la universidad asegura que este tipo de programas mejoran la calidad educativa.
La Editorial Universidad de Granada (eug) acaba de publicar ‘Innovación docente y buenas prácticas en la Universidad de Granada (volumen 2)’, un libro editado en CD, coordinado por los profesores Luis Jiménez del Barco Jaldo (vicerrector de Ordenación Académica y Profesorado) y María del Carmen García Garnica (directora del Secretariado de Innovación Docente), con prólogo del rector Francisco González Lodeiro. Se trata del segundo volumen, en disco, en que se recogen los resultados alcanzados en el ámbito de los proyectos de innovación docente ya concluidos.
En casi 1.500 páginas, este CD contiene las experiencias e inquietudes y los resultados alcanzados en el marco de una serie de proyectos de innovación docente.
Las aportaciones se han clasificado atendiendo a su objetivo prioritario, en los campos de innovación en la gestión on-line de los procesos de enseñanza aprendizaje, metodologías docentes para clases teóricas y prácticas, evaluación de los estudiantes, enseñanza bilingüe, docencia de posgrado, orientación y tutorías o practicum, hasta completar once capítulos.
En el trabajo se presentan los resultados y experiencias alcanzados en el ‘Programa de apoyo a la innovación y las buenas prácticas docentes’, que convoca anualmente la Universidad de Granada dentro del Plan Propio de Docencia, gestionado a través de su Secretariado de Innovación Docente.
Un programa de innovación
La Universidad de Granada organiza todos los años un plan de docencia “con el que se trata de impulsar las iniciativas que contribuyan a una docencia universitaria de calidad, donde la comunicación creativa y eficaz del profesorado con sus estudiantes sea el eje central del proceso docente”, según apunta González Lodeiro. Para conseguir esta meta, la docencia universitaria debe incorporar problemas y necesidades reales presentes en la sociedad, nutrirse de los avances de la investigación científica que intentan dar respuestas a dichos problemas y necesidades y, finalmente, transferir los resultados obtenidos al sector productivo y contribuir a la difusión de la ciencia y la cultura a la sociedad, según señala el rector de la UGR. “Concebida de esta forma, como un proceso con eficacia transversal en el ámbito de toda la actividad universitaria, la innovación redunda no solo en la mejora del conocimiento de investigadores, docentes y estudiantes, sino también, y en última instancia, en interés de la sociedad”, añade.
“La innovación constituye un elemento esencial de la competitividad, del avance del conocimiento, del crecimiento económico y de los avances sociales. Y es potencialmente generadora de mejoras de la calidad de vida, del medio ambiente, de la salud, de las comunicaciones, y un largo etcétera”, resalta González Lodeiro.