Los azulinos no dispararon ni una sola vez a portería en la primera mitad l El partido fue un fiel reflejo de la situación de ambos equipos en la clasificación general del Grupo IV de la Segunda División B.
El “caminito” a la Tercera División del que se llegó a hablar en los días previos al partido empieza a verse cada vez más próximo, salvo que llegue a tiempo la esperada reacción del equipo que dirige Fernando Currás. Un conjunto al que la situación en la que se encuentra le empieza a sobrepasar de forma ya más que preocupante y que sigue, a estas alturas de la temporada, sin encontrar su patrón de juego ni el once ideal. El partido fue un fiel reflejo de la posición que ocupan los dos equipos en la tabla clasificatoria. El UCAM Murcia, que demostró tener hechuras de equipo de playoff, se llevó tres puntos sin hacer nada del otro jueves ante un rival empequeñecido al que todo le salió mal. No es que los universitarios no merecieran el triunfo, que lo merecieron, pero enfrente tuvieron a un equipo totalmente romo en ataque, que no fue capaz de disparar una sola vez a puerta en los primeros cuarenta y cinco minutos. Currás introdujo cambios en el once buscando quizá más seguridad defensiva a la vez que poblar con más jugadores el centro del campo, lugar al que ambos técnicos llevaron la batalla y donde los católicos cumplieron a rajatabla con el famoso dicho de “a Dios rogando y con el mazo dando”. Los de la Universidad Católica de Murcia se emplearon a fondo en la zona ancha para ganar todos los duelos individuales, dejando pocas opciones para las segundas jugadas. En defensa se mostraron muy sobrios con un Fran Pérez en plan Mariscal y un Góngora soberbio. Checa y César Remón impusieron su ley en la medular; con tres auténticos estiletes en la media punta como Rubio, Iván Aguilar y Nono; y un batallador Pallarés como hombre más adelantado. El equipo azulino plantó cara en la zona ancha, pero ninguno de los cinco hombres que formaron la medular estuvo al nivel esperado. Aún así, la lucha y la entrega no se les puede negar. Diego Cascón, que estuvo muy solo y desasistido en la punta de ataque, fue el único que llevó el ¡Uy! a la grada en un espectacular remate en plancha cuyo efecto óptico hizo que el publico errara al cantar gol. Mientras que en el lado opuesto del campo, Dani Barrio volvió a demostrar que es un seguro bajo los palos del portal unionista. La primera mitad del choque fue muy intensa. El UCAM salió a por todas y el Melilla se defendió como pudo, aunque con mucho orden. Apenas habían transcurridos tres minutos de partido cuando Dani Barrió tuvo que emplearse a fondo para despejar con el pié a córner un disparo desde dentro del área al palo corto de Pallarés. Casi a renglón seguido de nuevo Pallarés se deshacía de Bolaños en la frontal del área y disparaba alto. No hubo que esperar mucho para que el peligro volviera a rondar el marco norteafricano en una acción a balón parado cerca del vértice izquierdo del área que Jesús Rubio enviaba muy cerca de la escuadra derecha de la meta local. Al filo del ecuador del primer tiempo, Dani Barrio volvía a emplearse a fondo para despejar con apuros un tremendo zapatazo de Iván Aguilar y en la jugada siguiente de nuevo el arquero unionista daba muestra de sus cualidades al despejar a córner un impresionante testarazo de Pallarés a un saque esquina botado desde la derecha por Jesús Rubio. La cosa no iba a quedar ahí. El Melilla se las deseaba para frenar el acoso de los visitantes y al filo de la media hora un centro de Tekio, que había subido la banda derecha, era rematado con la testa por César Remón, pero el cabezazo picado del mediocentro murciano se marchaba muy cerca del palo derecho de Barrio. El juego se equilibraba y parecía que al descanso se llegaría, con mucha fortuna para los melillenses, con el empate a cero inicial, pero nada más lejos de la realidad. Góngora ejecutaba una falta lejana desde el flanco izquierdo enviando la pelota al segundo palo donde aparecía el central Fran Pérez, que se había incorporado al remate, para elevarse por encima de todos y cabecear con solvencia al fondo de las mallas. El gol premiaba la mayor ambición y el mejor juego del conjunto murciano ante un rival que esperaba el intermedio como agua de mayo. Segundo tiempo La segunda parte comenzaba de manera muy esperanzadora para el equipo que dirige Currás. Pepe lo intentaba a los treinta segundos con un disparo lejano que se marchaba muy alto; y tan solo dos minutos después era Sufian el que protagonizaba una buena acción por banda derecha, centraba al corazón del área donde aparecía Diego Cascón para conectar un cabezazo que acabaría mansamente en las manoplas de Escalona. El UCAM no quiso ser menos y respondía con un remate flojo de Fran Pérez dentro del área que Bolaños despejaba sobre la misma raya de gol. Los azulinos, sin un juego fluido, estuvieron a punto de conseguir la igualada cuando el crono se acercaba a la hora de juego. El canterano Pepe se hacía con una pelota en su banda, recorría unos metros y dibujaba un centro al área al que llegaba Diego Cascón, quien se adelantaba a Escalona y conectaba un espectacular remate en plancha que se marchaba fuera por muy poco cuando la grada ya cantaba el gol. A partir de ahí, el UCAM tiraba de manual para enfriar el partido. El juego se trababa por momentos de manera desesperante con jugadores tumbados cada dos por tres sobre el bien cuidado césped del Municipal melillense. Esta vez ni la entrada de David Vázquez, Nacho Aznar y Koeman serviría de revulsivo. La escuadra universitaria con un portentoso Fall de refresco en el campo se dedicaba a dejar pasar los minutos, a contener los ataques deslabazados de los azulinos y a intentar sorprender a la contra para dejar sentenciado el partido. Cosa que pudo hacer ya en tiempo de prolongación en una acción en la que Fall pasaba una pelota a Góngora cuyo disparo era rechazado por un defensor. El cuero le caía a Bello y el disparo colocado del murciano se estrellaba en la parte exterior del palo derecho de la meta de Dani Barrio marchándose fuera. No hubo tiempo para más. La UD Melilla encajaba la segunda derrota como local que le deja anclado en la zona peligrosa de la clasificación en una jornada en la que un triunfo le hubiera valido para abandonar los puestos de descenso directo. Ahora toca pasar página cuanto antes y levantar el ánimo para preparar la complicada visita que el equipo unionista realizará el próximo fin de semana al Nuevo La Victoria para medirse al Real Jaén.
Fernando Currás“No hay nada que reprochar al equipo”
El técnico de la UD Melilla reconocía al término del partido que el equipo no está bien. “No estamos bien. No es fácil jugar en la situación en la que estamos. En el segundo tiempo intentamos salir de otra manera. No tengo nada que reprochar al equipo. Todo va relacionado con el aspecto mental. Hemos intentado competir, pero ha sido muy difícil crearles ocasiones”, manifestó. Currás tampoco quiso poner ningún reparo a la victoria del UCAM. “Ha quedado de manifiesto que el UCAM está donde está por méritos propios, y nosotros también. Han ganado mucho los duelos individuales. Ellos tienen solvencia y calidad en todas sus líneas”, valoró el entrenador del cuadro azulino. En cuanto a si el equipo había bajado los brazos en algún momento del encuentro, el técnico unionista mostró su desacuerdo. “El equipo no ha bajado los brazos. En los últimos minutos, con un jugador menos, quizá el jugador hace un poco la guerra por su cuenta, pero el equipo ha peleado hasta el final”, significó. Los cambios en el once inicial fue otro de los temas sobre los que fue cuestionado el preparador gallego. “Hemos querido poblar el centro del campo. Buscamos que por lo menos el partido fuese parejo con David (Sánchez) y Nando y Borja por el centro además de Sufian y Chupe en las bandas. Lo importante ahora es no individualizar y pensar como equipo para sacar esto adelante”.