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La primera sesión de trabajo fue muy intensa, preparada para tener a todos los futbolistas muy enganchados
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Tras dos duros reveses, los unionistas preparan con hambre las tres finales restantes
La Unión Deportiva Melilla volvía en la matinal de ayer al trabajo, y lo hacía a un alto nivel de intensidad. De nuevo el esférico volvía a ser protagonista, trabajándose con él la posesión y finalización justo antes de realizar una serie de partidos, unos a media cancha y otros a campo entero.
Los ejercicios de dos contra dos y tres contra tres en espacios reducidos buscaban dar al plantel un ritmo superior, más chispa, intensidad y tensión. No hay tiempo para quedar noqueado por un resultado adverso, lo hecho, hecho está, y sólo queda mirar hacia adelante. Cabe recordar que los unionistas siguen aún con vida y, de conseguir la gesta de sumar 9 de 9, es bastante probable que acaben en plazas de liguilla.
La primera de las tres finales que restan de aquí a final de liga es la de este próximo domingo en casa frente al Linares, probablemente y por nombres la mejor de las tres escuadras a la que tienen que enfrentarse todavía los de Juan Moya. Los linarenses llegan a la ciudad autónoma con 42 puntos, con la permanencia aún en juego, y no se antojan el mejor rival para una cita tan fundamental.
Su plantilla se confeccionaba a principios de temporada con la intención de acabar en la mitad superior de la tabla, pero cierta irregularidad en su juego les ha empujado a permanecer, a estas alturas de la competición, con la salvación aún sin resolver.
Pese a todo, este Linares Deportivo viene de mejorar ostensiblemente su fútbol en los últimos encuentros. La jornada pasada, por poner un ejemplo, acabaron empatando a uno con el Lorca, líder de la competición, en un encuentro dominado por los azulones, y en el anterior frente al Mérida –que perdieron- también merecieron mejor suerte. Antes venían de vencer a La Roda.
No va a ser un encuentro fácil, pero la U.D. Melilla no puede permitirse perder ni un punto más si quiere seguir soñando con la rúbrica perfecta a una genial campaña, el clasificarse para los playoff. Para añadir una piedra más a la mochila melillense, y aunque pueden congratularse en la Explanada de Camellos de no tener ningún futbolista en la enfermería, el costamarfileño Alí Diakité tendrá que ver el encuentro desde la grada al encontrarse sancionado por acumulación de tarjetas amarillas.
Está claro que es un duelo de suma importancia para la U.D. Melilla, y desde el club solicitan un último esfuerzo de la afición, que ha de guardar las mismas esperanzas que su escuadra, que promete darlo todo hasta el minuto final. El envite volverá a ser en horario matutino, a las 12:00 horas, y por mandato policial estará prohibido introducir instrumentos de percusión o viento en el estadio.