La subida de los precios también se nota ya en las casas de comidas de Melilla, que están viendo como a ese aumento en los costes, se suman también los incrementos en las facturas de recursos y en la tasa de autónomos.
El Faro ha salido a preguntarles cómo están viviendo esta situación y qué medidas están tomando. Al ser preguntados, los trabajadores y dueños de distintos establecimientos melillenses coinciden en que “han subido los precios de todo”.
En el bar Casa Sadia comentan a este diario que, sobre todo, han subido “las verduras, el pescado y hasta los barriles de cerveza”.
Todo productos indispensables para cualquier casa de comidas en Melilla También añaden que no pueden retirar nada de la carta aunque su precio haya incrementado y eso obliga a algunos restaurantes a perder márgenes de beneficio y llegar más ajustados a final de mes.
“Es un servicio que tienes que dar, no puedes dejar de comprar algunas cosas, tienes que darlas”, señalan.
Otro problema añadido para las casas de comida es, que, a diferencia de los hogares, no se pueden permitir bajar mucho la calidad de sus productos, ya que eso podría afectar a la clientela que reciben cada día y se arriesgarían a que fuera menor. En Casa Sadia nos dicen con alivio que “gracias a Dios nosotros tenemos nuestros clientes que vienen porque saben que ofrecemos calidad y no podemos bajarla”.
“Por ejemplo, las patatas. Las hay que valen un euro y las hay que valen 30 céntimos, pero claro, las de 30 céntimos son peores y no saben a nada y eso la gente lo acaba notando”, insisten.
En cuanto a la subida de sus propios precios, algunos intentan mantener los que ya tienen “para que el cliente no note un cambio tan brusco”, como dicen a este periódico los trabajadores de Mar de Alborán. “Nosotros subimos un poco los precios de los menús hace ya tiempo, pero ahora estamos intentando aguantarlos tal y como están”, añaden.
“Mi padre es el que va a comprar a la plaza y al mercado y se vuelve loco, se van 30 euros en tonterías, hasta las galletas para las natillas se han puesto carísimas”, destacan en este bar. El dueño de La Cantina coincide con el resto de propietarios y dice que “ha notado mucho, bastante” la subida de los precios.
“Han subido los precios a casi el doble: el pescado, la carne, incluso lo que es de primera necesidad como la harina o como el aceite. Todo, en general, todo”. Preguntado acerca de si están trabajando a pérdidas o han optado por subir los precios el entrevistado afirma que han tenido que ajustarse a las nuevas circunstancias. “Hemos tenido que subir los precios, pero muy poquito, porque si no la gente no consume”.
Aparte, en el caso de La Cantina, sus propietarios no trabajan a pérdidas, pero señala que tampoco se gana lo que se ganaba antes.”Se sube el precio un poco y claro, no se gana lo que ganábamos antes. Estamos más ajustados”. El caso es que no solo han subido los precios de los productos alimenticios, sino también las cuotas de autónomos, la luz y el agua.
“Todo ha subido y nunca antes habíamos tenido este problema tan grande”. En 30 años que llevan al frente del establecimiento no habían tenido subidas de precios de la magnitud de la que se registra en la actualidad. “Llevamos 30 años y como esta vez nunca habíamos tenido una circunstancia similar.
El caso es que la gente sale y gasta un poco, pero como estamos ahora mismo no lo hemos estado antes”. Clientes habituales de las casas de comida reconocen que, efectivamente, siguen utilizando sus servicios a pesar del leve incremento que han experimentado sus precios.
“Merece la pena por esos costes poder comer dos platos, postre y bebida. Casi es mejor eso que tener que ir al mercado a comprar los productos”.
Otros entrevistados han llamado la atención sobre el hecho de que todas las terrazas están llenas de clientes y en las casas de comidas es difícil encontrar hueco, sobre todo los fines de semana. Ahora que se acercan las fechas de las comuniones la hostelería melillense conseguirá hacer buenas cajas.
Fuentes del sector consultadas por este diario han manifestado que las reservas van a buen ritmo y que se espera tener un lleno total en las próximas semanas. Estos días de primavera que el buen tiempo reina en nuestra ciudad son también un reclamo para que los melillenses opten por salir a bares y restaurantes.
La proximidad de la Semana Santa hace pensar también al sector hostelero que puede haber buenas expectativas en lo que se refiere a la rentabilidad de sus negocios. Un cliente que no piensa salir a la península en la Semana Santa comentó que los días de fiesta saldrá con toda su familia, sobre todo a la hora de la comida. “Saldremos al centro a ver las procesiones por la tarde y aprovecharemos para picar algo”.
Principal preocupación
El 78% de los españoles siente una especial preocupación por la inflación que atraviesa el país y que ha hecho que los precios suban de forma notable desde hace aproximadamente un año. El incremento del IPC supone un fuerte varapalo hacia los ahorradores.
La población en general es, en Melilla, un 7,6% más pobre, lo cual impilica un grave problema en una ciudad que está 5 puntos por encima de la media nacional en cuestión de pobreza.
No es de extrañar que los españoles en general y los melillenses en particular, hayan decidido recortar en gastos como la electricidad.
De esta manera, muchos españoles ya han decidido ahorrar en su consumo en alimentación y facturas en el hogar. Esto, en parte, puede explicar que algunas terrazas se llenen, pero, igualmente, es algo en lo que los hosteleros no confían, aunque esperan que dure.