La ciudad registró en 2014 nueve accidentes más que el ejercicio anterior. Sólo cuatro fueron graves y no hubo ninguna muerte
La siniestralidad laboral ha aumentado un 1,8% en 2014 en comparación con el ejercicio anterior. En concreto, según los últimos datos publicados por el Ministerio de Empleo, el año pasado se registraron 499 siniestros en el trabajo, frente a los 490 de 2013. La mayoría fue leve (495) y sólo cuatro fueron graves. Además, las cifras indican que no se produjo ningún fallecimiento. La tendencia fue la misma en el conjunto del país, donde se pasó de los 405.003 accidentes del 2013 a los 426.130 del año pasado. El hecho de que se hayan producido más siniestros en el trabajo no es positivo, sin embargo puede estar relacionado con que el paro haya dejado de aumentar en este ejercicio. Las cifras de afiliación a la Seguridad Social demuestran que el 2014 cerró con más personas afiliadas tanto en nuestra ciudad, con un aumento del 0,5%, como en el conjunto del país, con un incremento del 2,5%. Estas evolución puede explicar, en parte, el hecho de que la accidentalidad laboral también haya aumentado.
Según el histórico de estadísticas, del total de los accidentes laborales que se registraron en Melilla entre enero y diciembre de 2014 la mayoría, 410, fue entre trabajadores del sector servicios. Le siguió la industria, donde hubo 23 y la construcción con 61.
En esto, Melilla coincide con el conjunto del país, donde la mayoría de las bajas por accidente laboral también se producen en el sector servicios.
Los datos del Ministerio precisan, además, el tipo de accidente que sufrieron los trabajadores de nuestra ciudad. La mayoría de los empleados tuvo que pedir la baja a causa de un sobreesfuerzo, en concreto 176 del total. Le sigue, como principal causa de siniestro, el choche con algún objeto inmóvil, que afectó a 121 personas. Asimismo, hubo 40 personas que tuvieron que dejar de trabajar tras sufrir un accidente de tráfico durante su jornada, 33 que se cortaron o 15 que sufrieron un aplastamiento. Once personas, del total de accidentados, tuvieron un siniestro por contacto con electricidad y dos sufrió un infarto. Además, resulta curioso, que diez de los accidentados tuvieron que dejar de ir a trabajar por “mordeduras o patadas de personas o animales”.