-
Una patera con 26 mujeres y cinco niños llegó ayer a un islote junto al peñón de Alhucemas
En la madrugada de ayer viernes, una embarcación con inmigrantes subsaharianos alcanzó suelo español. No ocurrió aquí, en Melilla, ni en Ceuta, ni en la costa andaluza. Fue en las proximidades del peñón de Alhucemas, una de las plazas de soberanía española en el norte de África.
Junto al citado peñón, en el que está destacada una guarnición militar perteneciente a la Comandancia General de Melilla (Comgemel), hay dos pequeños islotes. Uno es conocido como Isla de Tierra y otro como Isla de Mar. La patera llegó a esta última.
El lugar donde arribó la embarcación está deshabitado y no supera los cuatro metros de altura sobre el nivel del mar. No obstante, es un territorio español, lo que ha motivado que las personas que lo alcanzaron no sean devueltas al cercano suelo marroquí desde el cual se aventuraron en el mar.
Lo más destacado de esta noticia es que las 26 personas adultas que se agolpaban en la patera eran mujeres. Los cinco restantes son niños, todos ellos de muy corta edad (uno de los pequeños sólo tiene ocho meses).
La Delegación del Gobierno en Melilla informó de que este grupo de subsaharianas (cinco de las cuales están embarazadas) y sus niños será traído en barco a Melilla. Una vez aquí, estas personas serán ingresadas en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), donde “se les aplicará la legislación vigente”, según se limitó a afirmar la Delegación.
Hacía tiempo que no se registraban accesos irregulares a suelo español a través de estos islotes tan próximos al litoral marroquí. Esta vía comenzó a utilizarse por parte de inmigrantes subsaharianos en 2012 y fue en ese año cuando España entregó a Marruecos a 73 ‘sin papeles’ que lograron llegar a Isla de Tierra, el otro de los islotes que componen las Islas Alhucemas.
El trayecto seguido por este grupo de mujeres es, al igual que los saltos a la valla o los accesos por mar a Melilla y Ceuta, parte de la ruta de la desesperación: el camino que siguen quienes lo han perdido todo y ven en Europa la solución al horror que dejan atrás.