El consejero de Políticas Sociales de La Rioja, Conrado Escobar, anunció ayer que tres menores extranjeros, procedentes de Melilla, habían sido acogidos por está Comunidad Autónoma. Se trata de dos niñas y un niño de origen marroquí.
Es la primera vez que otra región ha tenido a bien recibir a niños no acompañados que se encontraban en nuestra ciudad. Se trata de un primer paso para solucionar el problema de aglomeración que sufren los centros de la ciudad. Durante el pasado 2017 fueron 1.800 los menores atendidos en Melilla y este año ya son 1.100 los nuevos que han llegado.
El Gobierno local ya anunció que su intención es que Melilla asista al número de jóvenes para el que tienen capacidad los centros, 260, y esta es la propuesta que elevará a finales del mes de septiembre cuando los representantes de las CCAA se reúnan para abordar el tema.
El traslado de tres niños puede parecer insignificante si lo comparamos con las cifras que se manejan en centros como el de La Purísima, pero marca un cambio en la percepción que el resto del país está formándose respecto al asunto. Es importante que el resto de Comunidades Autónomas sean conscientes del problema que supone para la Administración local la gestión de un número tan elevado de menores no acompañados. En Melilla hay casi tantos como en toda Cataluña, y así debe hacerse saber al resto de gobiernos regionales.
En este asunto, la solidaridad entre regiones debe primar, así como el bienestar de los niños, que recibirán una mejor atención si se encuentran en centros no masificados. Son miles de jóvenes los que podrían beneficiarse de un reparto equitativo entre los diferentes territorios. El resto de Autonomías no puede mirar hacia otro lado.