El Melilla Deporte-Club Marítimo fue el primero en llegar a las coordenadas señaladas por el Comité en San José y regresará a la ciudad autónoma durante el día de hoy.
La III Regata Entreculturas (Cartagena-Melilla), sólo pudo completar las primeras 70 millas del recorrido inicialmente previsto, con la llegada de la flota a Cabo de Gata.
Aunque el Comité organizador asumió el aviso de mala mar, y con el mismo se dio la salida, finalmente el anuncio de un fuerte temporal en el mar de Alborán, por parte de las autoridades marítimas, llevó al Comité a tomar la decisión de aplazar, en primera instancia, para posteriormente pedir a la flota que buscasen refugio en los puertos que tuvieran más cerca, situando igualmente una baliza de llegada junto a San José (cabo de Gata), para aquellas embarcaciones que podían seguir navegando sin muchas dificultades.
De esta forma, se intentó agrupar la flota, con la idea de proseguir la prueba hasta el final, pero dadas las circunstancias se tomó la decisión de suspenderla.
Así se escribió la tercera edición de esta regata de altura, que en esta ocasión tuvo una alta dosis de aventura, y también de épica, ante las adversidades y malas condiciones meteorológicas que tuvieron que soportar las tripulaciones.
La regata se inició el sábado en la Región de Murcia. Poco viento en las primeras millas, que dejaron a popa las instalaciones del Real Club de Regatas de Cartagena. Pero a medida que avanzó la jornada, la situación empezó a complicarse, tal y como señalaron las predicciones.
A partir de las 19:00 horas, las tripulaciones se vieron sorprendidas por un viento de poniente de 30 nudos, con rachas de hasta 35, y que complicó la navegación. La dureza fue tal, que muchas embarcaciones sufieron roturas e incluso se tuvo que activar todo el operativo de seguridad para socorrer a uno de los participantes, que había sufrido una vía de agua. Todo funcionó como estaba previsto y la diligente actuación del Comité hizo que uno de las embarcaciones de rescate lograse evitar el hundimiento del crucero accidentado.
Sobre las 2:00 horas, el Comité anunció por radio a toda la flota la decisión de parar la regata en cabo de Gata, coincidiendo con la baliza de control que allí estaba situada. Hasta este punto, a duras penas, consiguieron llegar unas 20 embarcaciones, de las más de 30 que tomaron la salida.
El primero en tomar esta baliza y buscar refugio en el puerto de San José (Almería) fue el Melilla Deporte - Club Marítimo, de José Luis Pérez, que junto al Pulpo Negro, Jambo, Griego y Quirón, procedentes éstos de Murcia, Alicante y Almería, protagonizaron una destacada lucha por encabezar la flota.
Ayer, el Comité mantuvo una reunión con los patrones que habían conseguido llegar hasta San José, explicándoles que la regata no podía proseguir hasta la Ciudad Autónoma de Melilla, ya que las predicciones superaban a las inicialmente previstas, con vientos de más de 40 nudos y olas de cuatro y cinco metros.
En estas condiciones, se antojó como toda una temeridad el proseguir con el recorrido inicialmente previsto, por lo que el Comité contactó con la Organización, que por supuesto antepuso la seguridad de los regatistas y sus embarcaciones a cualquier otra consideración, y así convino en aceptar la propuesta del Comité, que fue suspender la regata.
Las embarcaciones, cuando el tiempo lo permita regresarán a su puerto base, y los melillenses iniciarán el retorno a Melilla hoy.
En definitiva, una regata muy dura, propia de las calendas y que hace justicia a la fama del mar de Alborán, que reviste de leyenda su cruce navegando en condiciones duras.