El único intento se llevó a cabo en el año 2009 sin que las formaciones políticas se pusieran de acuerdo en el borrador.
La legislatura autonómica que finaliza dentro de unos cuatro meses no pasará a la historia de la ciudad por los avances en materia autonómica, un asunto éste que sigue enquistado en el debate político en Melilla, motivo de enfrentamiento y disensión entre las formaciones políticas representadas en la Asamblea de la Ciudad Autónoma.
En este sentido, las posiciones entre las principales formaciones políticas parecen irreconciliables en estos momentos debido a las diferencias de fondo existentes así como los acuerdos políticos por parte de la oposición, dos circunstancias que ha imposibilitado el consenso sobre una materia que tarde o temprano deberá llegar de nuevo a la Comisión de Presidencia en la medida en que las reformas de los estatutos de autonomía en el resto del país parecen ya inevitables.
Si el acceso a la autonomía en el año 1995 se logró tan sólo tras arduos debates y enfrentamientos que se alargaron durante casi catorce años, la situación actual no es mucho mejor pues las grandes cuestiones relativas a la reforma siguen alejando al PP del PSOE en este asunto, en particular en lo referente a la consideración de Melilla como Comunidad Autónoma y la asunción de nuevas competencias. En cualquier caso, los pasos dados en éste ámbito si generaron al menos un debate en el que las partes hicieron visibles sus posiciones sobre este tema.
Primeros intentos de reforma
Antes de abordar el intento de reforma en esta legislatura conviene recordar que en el 2005 y el 2007 el Gobierno local presentó el borrador de trabajo para la reforma estatutaria con un objetivo básico como era la conversión de Melilla en Comunidad Autónoma.
Pese a ello, en la Comisión de Presidencia se propusieron varias cuestiones por parte de la representación del Ejecutivo local, en particular la propuesta a la conversión de Melilla en Comunidad Autónoma, algo a lo que en principio parece que no renunció ninguna de las fuerzas políticas presentes en la reunión, a saber, PP, CpM y PSOE y en segundo lugar, también se plantearon los principales puntos para su discusión ordenados en varias materias, entre ellas la idoneidad de convertir a la ciudad en Comunidad Autónoma, legitimación ante el Tribunal Constitucional, capacidad para la designación de senadores, capacidad legislativa, carácter parlamentario de la Asamblea de Melilla, procedimiento de reforma del futuro estatuto y por último la posibilidad de contar en la ciudad con un Tribunal Superior de Justicia sin olvidar una mención al régimen administrativo local.
De este modo quedaron configurados los puntos esenciales de la discusión además de un punto aportado por el PSOE según el cual pretendían que en los debates en la Comisión participaran expertos técnicos en la materia con el fin de asesorar a los responsables políticos.
En cualquier caso, desde el PSOE ya se había planteado un problema y es que desde esta formación no tenían muy claro si Melilla podía convertirse en Comunidad Autónoma.
Esta circunstancia modeló la postura del PSOE hasta hacerla irreconciliable con la del Gobierno local y también la de CpM, que por otra parte, ya tenía elaborado su propio borrador de estatuto, algo que había hecho de forma unilateral.
Las negociaciones parecían por tanto abocadas a un fracaso desde un principio y de hecho, inmediatamente el PSOE planteó una moción en la Asamblea para crear una Comisión especial para la reforma del estatuto. Entre los puntos que planteaban destaca la necesidad de saber si las propuestas de reforma eran viables y también la necesidad imperativa de alcanzar un consenso entre las fuerzas políticas. El intento de reforma había caído por los suelos con un argumento ya conocido como era el de la falta de consenso entre las formaciones políticas.
El intento del 2007
Esta situación de partida no parecía que fuera a poner las cosas fáciles al Gobierno local en su intento de pilotar esa reforma. Así, habrá que esperar al año 2007 para ver el segundo intento de modificación del estatuto de autonomía de Melilla antes de la legislatura que está a punto de finalizar y tuvo como principales protagonistas al PP, pues ya tenían elaborado un borrador de estatuto de autonomía y por otro lado el Gobierno socialista en la medida en que intentó desactivar la reforma mediante una negociación con el Ejecutivo local. Se superponen por tanto dos negociaciones que van a solaparse durante unos meses y cuyo destino final será de nuevo el fracaso en la reforma estatutaria pero con una cierta singularidad.
En cuanto a las negociaciones en la ciudad, en enero de ese año el Gobierno local informó a la oposición de la redacción de un borrador de estatuto que presentaría en la Comisión de Presidencia para su discusión.
Inmediatamente surgió la voz discrepante de CpM que afirmó que no aceptaría imposiciones del Gobierno local. Así, en esa primera Comisión se negó a aceptar el preámbulo y el título primero del borrador de estatuto y aprovechó su presencia para pedir varios requisitos en la reforma del estatuto entre ellos la apertura de una página web de la Ciudad donde se explicara a la ciudadanía los pasos que iban dándose, la comparecencia de expertos constitucionalistas para avalar la reforma, la consulta al Ministerio de Administraciones Públicas, un dictamen del Consejo de Estado y por último la creación de ponencias técnicas. Junto a ello, CpM también exigió discutir la organización institucional de la Ciudad Autónoma.
Uno de los problemas de este intento negociador radicó en el hecho de que el Gobierno local inició también los contactos con el Ministerio de Administraciones Públicas para intentar desarrollar nuevas competencias en la ciudad, algo a lo que accedió el Gobierno central pero a través de un sistema de cogestión. De hecho, en el mes de febrero el Ministerio dio su aquiescencia y acordará tras cuatro meses de negociaciones acceder a que la Ciudad gestionara competencias extraestatutarias con el fin de que Melilla reforzara su nivel de autogobierno así como su sistema de financiación, otro de los caballos de batalla que surgirá con fuerza en el año 2009 con el tercer intento de reforma.
El acuerdo, que finalmente no llegará a aplicarse, suponía que la Ciudad Autónoma tendría capacidad para proponer los cargos de director del Servicio Público Estatal de Empleo así como del Imserso. Pero lo realmente importante de cara a la reforma estatutaria era un punto cuando menos polémico en el documento que se firmó con el MAP y que recogía el compromiso de acordar entre las dos principales formaciones políticas cualquier cambio en el statu jurídico de la ciudad. CpM se opuso a esos acuerdos y finalmente el Gobierno local tuvo que presentar en solitario su borrador de estatuto en Comisión, sólo votado por el. De este modo finaliza este segundo intento antes de las elecciones autonómicas de 2007 que dará la victoria al PP
Último intento de reforma
En el año 2009 fue CpM el partido que pidió al Gobierno local que presentara un borrador del futuro estatuto y se reuniera con la oposición. Éste reaccionó afirmando que comenzaría el período de estudio y corrección del proyecto que había presentado CpM y que había que retocar pues planteaba algunas deficiencias de tipo jurídico. Pese a ello, este intento será infructuoso en la medida en que desde CpM querían que su borrador fuera aceptado tal cual, sin ningún tipo de modificaciones, algo a lo que no estaba dispuesto el Ejecutivo local. Por su parte, el PSOE se reservó su derecho a participar o no en la Comisión en una postura claramente intransigente, pues no conducía a ningún lugar.
El PSOE de Ceuta y el de Melilla se reunieron en Madrid para establecer una postura común ante la reforma estatutaria. La secretaria de Relaciones Institucionales de la Ejecutiva Federal socialista, Mar Moreno, pidió más seriedad y rigor al Gobierno local en este proceso y avanzó que el consenso era fundamental en la reforma.
Esta situación llevó al PP a afirmar que esperarían a ganar las elecciones generales para abordar la reforma cuando coincidieran dos Gobiernos populares, en Melilla y en Madrid. Parece que esta formación política daba por imposible el proceso de reforma. Además, las elecciones europeas dejaron de nuevo sobre la mesa este asunto. Tras ellas, el PSOE local volverá a la carga afirmando que el PP había mezclado intencionadamente la reforma estatutaria con la modificación del estatu jurídico de la ciudad. Más tarde en el mes de junio, este partido impondrá dos condiciones a la reforma, que Melilla no dejara de ser un municipio y que se hiciera con el mayor consenso posible. Lo que pretendía el PSOE es vender la idea de que la reforma del estatuto no debía implicar que Melilla dejara de ser Ciudad Autónoma
Finalmente, desde el PP se hizo un último intento de llegar a un acuerdo y plantearon la posibilidad de que Melilla, aún transformándose en Comunidad Autónoma no tenía por qué asumir todas las competencias previstas en la Constitución española.
Los debates terminarán con la inamovible propuesta de CpM pues seguían insistiendo en que su borrador fuera aprobado tal y como estaba redactado. De éste modo finalizó la última opción de reforma del estatuto de autonomía de Melilla, que deberá esperar mejores tiempos para ser modificado en sus aspectos más importantes.