Esta madrugada, coincidiendo con la fiesta de Halloween, la más terrorífica del año, arranca la campaña electoral de los comicios generales que se celebrarán el próximo 10 de noviembre.
A las 00:00 horas, en la Plaza de España, los candidatos al Congreso y al Senado revelarán a la concurrencia los carteles electorales y darán así el pistoletazo de salida a una campaña que será de duración inferior a las anteriores pero que promete ser dura e intensa.
El Partido Popular parte como favorito. Venció la última vez que los melillenses acudieron a las urnas para elegir a los representantes de la Cámara Alta y de la Cámara Baja, y las encuestas les auguran una holgada victoria. Otazu, Imbroda y Acedo serían de nuevo los representantes de Melilla en Madrid.
El resto de partidos, especialmente PSOE y Coalición por Melilla deberán aprovechar los ocho días que restan para convencer a los melillenses de que un cambio es necesario y jugaran sus diferentes bazas para lograr su fin.
Los socialistas argumentarán que a Melilla le conviene que quienes sean elegidos compartan partido con el Gobierno de la Nación, cuya formación recaerá probablemente en manos de Pedro Sánchez, y harán también un llamamiento a la necesidad de poner freno a un posible avance de la derecha.
Por su parte, CpM intentará poner en valor que se trata de un partido regional y que los únicos intereses que defenderá en la capital serán los de Melilla, sin depender de las injerencias que sufren quienes pertenecen a partidos con una estructura nacional.
Con las eternas sospechas de los trapicheos que se producen en la oficina postal con el voto por correo, arranca una campaña que coge ya cansado al electorado después de las dos que recientemente se celebraron y que puede estar más abierta de lo que parece en un principio.