La actriz Mar Regueras es la protagonista de ‘La guerra de los Rose’. Su papel de Bárbara se enfrentará al de Jonathan, interpretado por Carlos Sobera, esta noche a las 21:30 horas en el teatro Kursaal. Hace unos años la pudimos ver en series como ‘Herederos’ o ‘El Comisario’, aunque actualmente está inmersa en el rodaje de ‘Hospital Central’. Regueras analiza en ‘El Faro’ la comedia que este fin de semana triunfará en Melilla, una ciudad que conoce desde hace varios años gracias a otra gira teatral. –¿Cómo surge hacer este papel? –Carlos Sobera y yo nos encontramos en una presentación y me ofreció el papel. Nada más leerlo pensé que era una muy buena función y que había que hacerla. Me apetecía muchísmo hacer teatro y creo que ha sido una buena elección volver con una función como ésta. Animo a que todos vayan a verla no sólo, porque van a pasar un buen rato, sino porque siempre hay cosas que aprender. –¿Qué destacaría de ‘La guerra de los Rose? –Pese a que es una obra escrita hace bastante tiempo, es un texto muy actual que se puede llevar al día de hoy, porque al fin y al cabo, estamos hablando de matrimonios. Quizás está más en boga ahora las separaciones que los matrimonios, así que no sólo por eso, es una obra actual, sino porque al final, habla de un hombre, de una mujer y de las relaciones entre ambos. De cómo al principio se aman, y que tras muchos años acaba en ruptura, y en este caso, a lo más trágico, que es la muerte. Sin dejar de ser una comedia negra, esta función se dispara y es diferente a la cinematográfica porque es mucho más cómica. Hemos pensado que, a veces, la mejor manera de transmitir es hacerlo desde el humor y no desde la tragedia. Tiene muchas pinceladas de humor pese a que nos va a dar mucho en qué pensar. –¿Cómo describiría a los personajes de Bárbara y Jonathan? –La mujer, que ha dedicado toda la vida a como hacen muchas mujeres y muchas madres, a ese no egoísmo que nos caracteriza, es decir, a dedicarnos a los demás, le llega un momento en que ha terminado su faceta de dar y decide dedicarse un tiempo a ella misma. Es ahí cuando llega el conflicto. Él es el hombre pachón, que ha dedicado toda su vida al trabajo, se ha olvidado de la familia y que está muy acomodado, cuando la mujer decide emancipase, valerse por sí misma y dedicarse a algo más, que el fuerte trabajo que supone dedicarse a una casa. Una labora que al final son los 365 días del año las 24 horas del día. Ella decide que tiene que hacer algo más porque ya se ha terminado esa faceta y empiezan todos los conflictos. –¿El personaje que interpreta Carlos Sobera es machista? –Supongo que Carlos le dará una versión diferente, pero yo creo que sí, que es un poco machista. El personaje de Jonathan es machista y efectivamente está muy acomodado y acostumbrado a que le hagan todo y, de repente, ve que su mujer se le puede ir de casa. Al final, estamos hablando de un guerra de poder pues acaban matándose por una casa, pero podría haber sido cualquier cosa. La mansión es una mera excusa. Hay una guerra de poder evidente en la función, y no se trata tanto de machismo o feminismo como de esa batalla. –¿Esta obra tiene una moraleja o un mensaje que deba llevarse el público? –Depende mucho de la persona, sobre todo, el público lo va a hacer es pasar un buen rato. Lo que sí es seguro es que te llevas muchas cosas que pensar. Carlos diría que dan ganas de no separarte o de no casarte o de pesarte muy bien si te separas, cómo no llegar a esta situación final a la que llegaron los Rose. –¿Hay que deshacerse de la imagen de la película antes de entrar al teatro? –No nos olvidemos deque son dos medios completamente diferentes y que una cosa es el cine y otra el teatro. La versión, en cuanto al texto, es bastante fiel, aunque está adaptada a las necesidades del teatro. La parte cómica en la película era de Danny DeVito, el abogado de Jonathan, y en este caso, nuestros abogados son más serios en la función, mientras que los personajes de Jonathan y Bárbara tienen más toques de comedia. -¿Bárbara era una mujer avanzada a su tiempo? -No me he planteado si el personaje de Bárbara es avanzada a su tiempo. Creo que no porque nuestras madres no sólo se dedicaban la casa sino que trabajaban fuera también. Lo que sí que creo es que es como la mayoría de las mujeres, mucho más hacendosa que la mayoría de los hombres. Si recordamos la versión cinematográfica, esta mujer se dedica, cuando empieza su relación de novios con Jonathan, a trabajar para que su marido se saque la carrera y una vez que él ha conseguido sus éxitos profesionales, ella se dedica a cuidar del hogar y de los niños. Esto por parte de las mujeres de antes y de hoy sigue siendo un acto de generosidad, que no todos los hombres hacen. –¿Cuáles son sus proyectos futuros? –Ahora estoy grabando en ‘Hospital Central’ que es la serie por excelencia de la televisión española, pues es el décimo segundo año que está emitiendo. Es un placer entrar con un personaje muy potente, Manuela, que es la directora del hospital. Un personaje que no tiene nada que ver con Bárbara. En lo único en que se parecen es que son dos mujeres muy fuertes, aunque la directora es una mujer de hoy en día. Me parece una apuesta de la cadena y de la productora muy interesante e inteligente, porque mujeres como este personaje empiezan a haber, pero no hay muchas series españolas que apuesten por ellas. Al menos no tanto como las americanas, es decir, que tenga 40 años, sea una buena cirujana, y con un puesto de alto ejecutivo.