La Hostelería de Melilla en general se ha visto muy descontenta con la llegada del crucero británico, ya que a pesar de que mil novecientos turistas visitaron la ciudad, el consumo en los restaurantes fue mínimo o casi nulo.
La antítesis a este fracaso turístico se vio compensado sobremanera por la Feria ‘Sabor a Málaga’ que puso los restaurantes a rebosar.
En una opinión generalizada de los hosteleros a preguntas a pie de calle, ‘no se puede dejar un barco con dos mil personas que no entienden nada de español un domingo a las ocho de la mañana en medio de Melilla con todos los establecimientos cerrados porque a las doce del mediodía ya están todos en el barco’.
Para los hosteleros, no se puede abrir un restaurante con la intención de servir un café y unas tostadas, “no somos cafeterías”. “Además ellos tienen su comida en el barco ya pagada”.
Si bien es cierto que algunas excepciones muy excepcionales se han quedado a comer en algún que otro restaurante pidiendo lo típico de lo que se come en la ciudad, no lo es menos, que la llegada de los cruceristas está muy lejos de levantar la hostería de restaurantes en Melilla en su día de llegada.
Por otra parte, todos los empresarios de los restaurantes encuestados han dado la misma respuesta, y es que la Feria ‘Sabor a Málaga’ “hay que repetirla”. “usted que es periodista dile a Imbroda que CHAPÓ”.
Desde la una y media hasta las cuatro de la tarde prácticamente todos los restaurantes de la zona centro han estado a rebosar y consumiendo platos de un nivel más que “a salir del paso”.
Si bien es cierto que las cafeterías y los artesanos han visto un nivel de ventas aceptable en el sentido de que “ha merecido montar las tiendas” o “abrir la persiana pero sin pasarse” , todo indica hasta estos días que nadie niega que la idea de traer los cruceros al puerto melillense sea equivocada, pero la organización es criticada de forma unánime. Para los hosteleros y algunos comerciantes hay que buscar nuevas fórmulas para que los turistas de cruceros consuman en Melilla a otro nivel.
No obstante, este fin de semana, todo indica que ha quedado muy claro que los malacitano es querido en Melilla. los vínculos históricos y administrativos dejan su huella y se refleja en el contexto social.
La comida artesanal de los pueblos de la Sierra de Málaga, la ciudadanía de Melilla los ha tomado como propios; no hay que olvidar que nuestra ciudad fue administrativamente un municipio que perteneció al ayuntamiento de Málaga antes de ser Ciudad Autónoma y esto la hace una ciudad hermana de por sí.
Por lo expuesto, los melillenses han ido a la Feria a conocer su gastronomía al otro lado del mar y han comprado en la medida de sus posibilidades, además de celebrarlo no regresando a casa y comiendo en los restaurantes más cercanos a la Plaza de las Culturas que han notado una más que ostensible mejoría en el consumo de sus establecimientos. Lo que indica que la Feria ‘Sabor a Málaga’ podría quedarse en Melilla para siempre como si de un evento veraniego más se tratase, como lo es el Mercado Renacentista. Así lo reclaman los hosteleros de nuestra ciudad.
Si bien es cierto que esta fiesta gastronómica tiene a nivel político un cierto grado de estrategia para unir económicamente Melilla con Andalucía, tomando a Málaga como el pilar más importante, cercano y solidario, y desvincularse económicamente de Marruecos, también lo es que a nivel social queda reflejado que ambas ciudades ya están vinculadas.
Normal, en el barco lo tienen todo ya.
¿Qué, han hecho ellos, los “Hosteleros” por los “Cruceristas”. ¡Esperar que por personal de la Asamblea, se los lleven a sus locales!.
¿Aún no se dan cuenta que el imbrodismo se la mete redoblada a la Hostelería? Ni se dan cuenta, ni algunos lo quieren hacer. jajajaja. Que barbaridad. Esto solo pasa en Melilla. Qué mala organización! Tanto asesor para nada.