La responsable del IMSERSO, Francisca Coll, asegura que el Centro de Día permite un respiro a las familias, ya que tienen la seguridad de que la atención es la correcta.
La figura de la cuidadora familiar ha existido siempre, pero gracias a la Ley de Dependencia, esa figura ahora cuenta con un reconocimiento y, de hecho, tal y como informó la directora territorial del IMSERSO, Francisca Coll, ya son 180 melillenses las que están cotizando como cuidadoras no profesionales.
“El perfil del cuidador es el de una mujer de unos 45 años que vive plenamente para cuidar a un familiar dependiente”, explicó la representante del Gobierno de España en una entrevista concedida a Onda Cero, en la que hizo hincapié en que este reconocimiento que les otorga la Ley “es un derecho de ciudadanía”.
“Pero, tal y como explicó Coll, el hecho de estar dadas de alta en la Seguridad Social con un convenio especial no es la única ventaja que tienen las personas que ejercen de cuidadoras, ya que la Ley prevé que, esa experiencia que están adquiriendo con el cuidado de una persona, se les reconozca como experiencia laboral, que sea homologable, para que, en el futuro puedan emplearla para su inserción laboral.
Derecho de ciudadanía
“Ser cuidadora no es para siempre, implica un periodo de tiempo de su vida. De ahí que toda esa experiencia adquirida se quiera emplear para que estas personas también puedan trabajar como auxiliares de clínica, cuidadoras en geriátricos, teleoperadoras de asistencia, u otras ocupaciones”, señaló, y apuntó que uno de los grandes retos de esta Ley es precisamente “construir un futuro para estas cuidadoras”.
Tal y como indicó Francisca Coll, en nuestra ciudad ya hay más de 800 melillenses beneficiándose de los servicios de la Ley de Dependencia. “La Ley lo que hace es escuchar una demanda de personas que tenían una necesidad y la Administración Pública le ha dado respuesta”, razonó.
Una Ley, por otra parte, que también genera puestos de trabajo en la ciudad, tanto directos -con la nueva Residencia se ha triplicado la plantilla con respecto al centro que había en Polavieja- como indirectos y que, por tanto, contribuye al desarrollo económico de Melilla. “Se han creado unos 190 puestos de trabajo directos, principalmente mujeres”, afirmó.
Respiro familiar
Durante la entrevista, la máxima responsable del IMSERSO en Melilla hizo hincapié en el derecho que las cuidadoras tienen de contar con espacios de tiempo para ellas, para poder desarrollar otras actividades, como pueden ser formativas, de ocio, disfrutar de otros miembros de la familia o amistades, o incluso incorporarse al mundo laboral.
Por ello, defendió el servicio de estancia temporal, como el del Centro de Día, que permite que “las familias de Melilla tengan su respiro y que saben que, desde las 9 a las 18 horas su familiar está bien atendido”.
Al hilo, Coll apostó por acercar este tipo de servicios también a los barrios periféricos y se mostró a favor de la creación de centros de día en las zonas deprimidas de la ciudad, dado que estos centros cuidan de personas mayores, y aunque el IMSERSO facilita el transporte de los beneficiarios desde su domicilio hasta el centro, en muchas ocasiones se tratan de personas con dificultad para la movilidad.