Amirata, una de las mujeres guineanas que llegó ayer a Melilla tras ser rescatado un grupo de inmigrantes en las islas Chafarinas, contó que el camino para llegar aquí “es muy duro”. Explicó que hacen parte del camino a pie y que cruzaron por “Mali, Argelia y Marruecos”. Al preguntar por este último país, todas ponían la misma expresión de dolor en el rostro. Amirata contó que “les trataban muy mal” porque son muy racistas. Sobre el precio que tuvo que pagar para ir en barco a las islas Chafarinas respondió que “nada, al menos para mí”. Añadió que no eligieron esta ruta, “cayeron sobre ella”.
Assetou y su hija Rihana, de tan solo cinco años, también iban en la embarcación. Vienen desde un pueblo desde Costa de Marfil, país vecino de Guinea en la zona oeste de África. Con pocas palabras, expresó lo duro que fue llegar hasta aquí. No tienen familia en Europa, son las primeras en llegar y lo han hecho a pie. “La policía no es amable. Son muy racistas... Nos escondíamos en el bosque y venían todos los días a por nosotros”, contó con un hilo de voz.
Se podría sacar una historia de lucha y dolor por cada una de las personas que llegan a suelo melillense.
La acogida de inmigrantes y solicitantes de asilo es un tema regulado desde la ONU hasta las más pequeñas localidades, por lo que no podría haber duda en cómo se debería acoger a las personas que ponen en riesgo su vida para llegar a suelo europeo.
Los inmigrantes que llegaron ayer a Melilla provienen de países como Comoras, que tuvo más de 20 golpes de Estado desde su independencia en 1975.
Costa de Marfil y Guinea son otros dos países que, tras la descolonización viven en una inestabilidad política continua. En el primero, tres organizaciones de defensa de los derechos humanos denunciaron ante la corte suprema al presidente del país “por abuso de poder y en Cornaky, capital de Guinea, hay manifestaciones masivas en contra de “una presidencia de por vida”, ya que el actual presidente quiere reformar la ley para un tercer mandato. Bangladesh es conocida en Europa por las condiciones laborales.
Solo hace falta indagar un poco para que tras los números, se vea a las personas.