El Ejército de Tierra cuenta con cerca de 80 000 efectivos; 22.000 la Armada y otros 22.000 el Ejército del Aire y el Espacio. Aunque el cómputo total de militares supone apenas el 0,3 por ciento de la población española, su importancia está fuera de toda duda.
No hay más que ver lo que ha pasado recientemente con la reciente DANA, sobre todo en Valencia, donde su intervención está siendo decisiva para las tareas de reconstrucción de las áreas afectadas.
El Faro publica este lunes una entrevista con Marco Antonio Gómez como presidente de la Asociación de Tropa y Marinería Española (ATME) –una de las principales del país- y su diagnóstico no es muy positivo precisamente.
Muchas veces se preguntan los militares cómo es posible que no se declare profesión de alto riesgo la ejercida por esas personas que van a batirse el cobre por España en los lugares más insospechados y remotos en las misiones que llevan a cabo en el extranjero.
Los militares son los únicos que juran la bandera prometiendo defenderla con su vida si es preciso y, sin embargo, les da la sensación de que el Gobierno tiene dinero para todo el mundo menos para el Ejército.
Y es que no sólo los sueldos parecen estar desfasados, sino que en otros asuntos, como la jubilación, el Gobierno también los ningunea. Parece lógico pensar que quienes se juegan la vida en escenarios peligrosos no tengan que estar hasta pasados los 60 años en ello, pero es que, además, hay otro problema, que es que quienes acaban su carrera militar luego tienen grandes dificultades para incorporarse al mundo laboral.
Y, sin embargo, el Gobierno aportó, en 2022, 80 millones para financiar la jubilación anticipada de los policías autonómicos de los Mossos d’Esquadra, la Ertaintza y la Policía Foral navarra puedan jubilarse a los 60 años sin perder pensión (un dinero que procede de la caja común de todos los españoles a través de los Presupuestos Generales del Estado) a cambio de los apoyos de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y Bildu y desoye las peticiones de asociaciones como ATME.
Esta asociación, por cierto, recuerda que tanto las retribuciones como el modelo de carrera de los militares también están anquilosados.
Recordemos también que en Melilla son aproximadamente 3.200 los militares en las distintas unidades, que han sido tradicionalmente una de las señas de identidad de la ciudad autónoma y –aunque cada vez menos- una de sus fuentes de riqueza. Por lo tanto, a la ciudad autónoma también le va algo en las reclamaciones militares, dado que cualquier ayuda para reflotar Melilla se agradece y es bienvenida.