Los ocho grupos concursantes compitieron ayer en una prueba de levantamiento de cubos de agua, una gynkana fotográfica por los sitios emblemáticos de la ciudad, pruebas de feria y el concurso ‘Uno para ganar’. La Gran Movida de Melilla ya huele a final, pero los jóvenes participantes en el certamen sólo piensan en lo bien que se lo están pasando.
Ayer, la organización del certamen puso a los ocho grupos concursantes cuatro pruebas: dos de ellas, sorpresa y descalificó a dos de los grupos por incumplir “normas básicas”. Se les había pedido, explican desde la organización, que vistieran de una determinada manera. Todos los integrantes del grupo tenían que hacerlo, pero algunos se escaquearon y con su pequeño desliz perjudicaron al grupo.
“Otros días hemos sido más flexibles. Cuando pasamos alguna norma por alto es porque el error es generalizado”, explicaron desde la organización a los representantes de cada uno de los grupos antes del comienzo de las pruebas de la tarde.
La jornada comenzó sobre las diez de la mañana, cuando empezaron a llegar los chavales más madrugadores a la playa de San Lorenzo. Sólo uno de cada grupo tenía que competir en el levantamiento de cubos de agua. Pero allí se quedaron algunos de sus compañeros para animar y de apoyo logístico: darles agua, secarles la boca...
La prueba consistía en levantar dos cubos cargados con tres litros de agua cada uno y lograr que no rozara ni la ropa ni el cuerpo. Cada media hora se le añadía un litro y medio de agua más a cada cubo. El ganador fue Mimún Mimún Asanghi, que aguantó 30,4 minutos.
Mientras los demás apretaban los brazos, Mimún Asanghi preguntó: “¿Se puede hablar?” Desde la organización le dijeron que sí y aprovechó para dirigirse al resto de sus contrincantes: “¿Por qué no soltáis los cubos? Es por desconcentraros, que esto es más mental que físico”.
No obstante, por la tarde, consultado por este periódico, confesó que le dolían un poco los brazos tras el esfuerzo realizado en la playa.
A la misma hora en que los ocho representantes de los grupos cargaban los cubos al sol, el resto de concursantes participaba en una gynkana fotográfica por lugares de interés de la ciudad, una de las dos pruebas sorpresa del día. “Además de que compitan, queremos fomentar el ocio, la cultura y la educación”, apuntó a El Faro Walter Guiñazú Arán, de la empresa organizadora de la Gran Movida.
Por la tarde, pasadas las cinco, los grupos volvieron a encontrarse en la Casa de la Juventud de Melilla. Otra prueba sorpresa. “Lo hacemos así para que no se las preparen”, añadió Guiñazú. En esta ocasión se trataba de una “feria”.
Cada integrante de cada grupo debía participar en ocho pruebas: tiro a una canasta de baloncesto, tiro a latas llenas de arena, tiro a vasos llenos de agua...
Mientras llegaba el momento de competir, bailaron, cantaron, animaron y dieron fe de que otra forma de ocio es posible.
La última de las pruebas de la jornada fue el concurso nocturno ‘Uno para ganar’, similar al programa de Jesús Vázquez, pero con una pequeña diferencia: “El presentador es más guapo”, bromeó Guiñazú.