Si preguntamos a los mayores, todos coincidirán en que raro es el año en que las fiestas patronales de Melilla no se mojan. Al celebrarse en los primeros días de septiembre es bastante normal que lleguen las primeras lluvias y que el Real de la Feria sufra las consecuencias. Tampoco será la primera vez que debe suspenderse un concierto por este motivo.
Lo que ya no es tan normal es que las previsiones meteorológicas hayan estado tan acertadas y que, efectivamente, las lluvias, con aparato eléctrico incluido, hayan cumplido las predicciones. Es más, la Ciudad Autónoma, ante el mantenimiento de la alerta para hoy domingo, ya ha anunciado que la Misa Rociera cambia su ubicación: pasa de ser en la Plaza de Toros a la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, a las ocho de la tarde.
Toda precaución es poca a la hora de celebrar los festejos, planificados con tanto esfuerzo. Preparar una Feria para una población de 83.000 habitantes no es tarea fácil. Son semanas de trabajo intenso para que los melillenses disfruten al máximo de las fiestas, que esté cada cosa como debe: casetas, cacharritos, electricidad, puestos de venta, actuaciones, horarios y el largo etcétera que incluye también a los servicios de limpieza y retirada de residuos, además del transporte público.
La gente quiere pasarlo bien y hacerlo en el mejor ambiente. Por eso también es tan importante la labor de nuestros Cuerpos y Fuerzas de Seguridad, coordinados en la Junta Local para que los dispositivos de vigilancia funcionen al dedillo y no haya que lamentar incidentes de importancia, ni dentro del recinto ni, por supuesto, en los alrededores.
Se busca facilitar la diversión de la gente incluso poniendo gratis el parking de Isla de Talleres. Con esa idea se busca que los melillenses puedan ir al centro y dejar sus vehículos en un lugar con muchas plazas de aparcamiento y, encima, no les costará ni un euro.
Es una magnífica idea, además, que los cacharritos no tengan sonido hasta las nueve de la noche para que los niños vulnerables, a los que molestan e inquietan los ruidos, puedan disfrutar también de montarse en ellos. Y se mantienen otras iniciativas interesantes como el llamado Día del Niño, que pone a la venta billetes a precios mucho más reducidos para los pequeños, y el Día de la Tapa, jornada en la que se podrá tomar una bebida y comer algo por un euro.
Y otra cosa importante. Estamos hablando de unos festejos organizados en honor de nuestra Patrona, Nuestra Señora de la Victoria, cuya novena se sigue celebrando diariamente en el Sagrado Corazón. Estamos, además, en el Año Jubilar por el 75 aniversario de la coronación de la Virgen por lo que no está nunca de más que la tengamos presente y el día 8, fecha de su onomástica, la acompañemos por las calles en su recorrido procesional.