El número de matrículas ha desbordado las previsiones y el centro cuenta con una lista de espera para posibles bajas.
La Escuela de Flamenco de Melilla inauguró ayer sus cursos en las modalidades de guitarra, canto y cajón flamenco. El número de matrículas en esta tercera edición ha desbordado las previsiones, puesto que se ofertaban 50 plazas y se recibieron 58 peticiones. Finalmente, los 58 solicitantes podrán formar parte de las clases de flamenco. Aún así, la escuela cuenta con una lista de espera por si se diese alguna baja durante los primeros meses. De cara a futuras ediciones, los organizadores plantean abrir un plazo de prematriculación para evitar colapsos y organizar mejor a los alumnos.
José Heredia, profesor de guitarra del curso, asegura a El Faro que están “muy contentos” por el hecho de que tanta gente quiera apuntarse a sus clases, lo que les permitirá seguir fomentando el flamenco entre la población melillense. “Estamos satisfechos porque hay mucha demanda y el flamenco hay que seguir fomentándolo”, comenta Heredia.
Durante la presentación de ayer los alumnos aceptados fueron repartidos en las clases en función de la modalidad y del nivel. Cada clase cuenta con dos sesiones a la semana que se celebrarán en días alternos.
Hay tres niveles para cada modalidad de los cursos, iniciación, intermedio y avanzado. En las clases más básicas los alumnos podrán aprender a defenderse en la sevillana, la rumba y el tango. Se pretende que los alumnos sean capaces de adquirir las técnicas lo antes posible para que puedan disfrutar de este arte, por lo que las sesiones son principalmente prácticas. En nivel intermedio tocarán palos que requieren un poco más de conocimientos como los fandangos, las colombianas y empezarán con la soleá. Los cursos avanzados se dedicarán a profundizar en el arte del flamenco con técnicas más avanzadas como el arpegio y tocarán los palos hondos del flamenco como la soleá o las bulerías.
Apoyo de las peñas
Uno de los elementos fundamentales de los cursos es el apoyo que recibe de las peñas flamencas de Melilla. Heredia comenta que este elemento sirve para levantar más interés entre los alumnos y hacer que aprendan al lado de profesionales. “Los alumnos necesitan a alguien que sea un experto en la materia, necesitan un cantaor que lo haga perfecto para que ellos noten sus fallos”, comenta el profesor de guitarra. Además, los alumnos que terminan el curso ofrecen conciertos en diversas fiestas de la ciudad y, principalmente, en la Feria, donde estarán acompañados por los integrantes de las peñas.