Este paso fronterizo es el único punto que no ha reforzado el país vecino en las últimas semanas.
Los inmigrantes que intentan saltar la valla que separa Melilla de Marruecos para entrar ilegalmente en la ciudad cuentan cada vez con menos opciones. El país vecino lleva meses reforzando su parte del perímetro y, entre otras medidas, ha instalado su propia reja, la cual va en paralelo a la que está situada en territorio español. El único punto flaco de esta nueva infraestructura es el paso del Barrio Chino, donde las autoridades del país vecino no han instalado valla, principalmente porque en la zona hay un elevado número de viviendas que imposibilita esta tarea.
Por ello, los subsaharianos han elegido este sector del perímetro en sus últimos intentos de entrada a Melilla. Hay que recordar que el último asalto tuvo lugar el jueves, precisamente por el Barrio Chino, por donde consiguieron acceder a la ciudad autónoma 35 subsaharianos. Por el mismo punto entraron otros 35 inmigrantes el pasado día 10.
Valla y cuchillas
Y es que Marruecos no sólo ha reforzado su perímetro con una valla. También ha instalado una doble concertina en ésta, tanto a los pies como en su parte superior, lo cual dificulta muchísimo el poder saltarla. A todo esto hay que sumar que se han cavado zanjas a lo largo de toda la frontera, lo cual supone un obstáculo más para los inmigrantes.
Fuentes de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) de Melilla informaron a El Faro de que el vallado que ha instalado el país vecino tiene una altura aproximada de tres metros, prácticamente la mitad que la valla española. Eso sí, la doble concertina “complica muchísimo” a los inmigrantes el poder sortearla.
Por ello, los subsaharianos se ven ‘obligados’ a intentar entrar por el Barrio Chino que, además de no contar con un tramo de valla en Marruecos, cuenta con numerosas viviendas en el país vecino, un laberinto urbano en el que los subsaharianos se ocultan hasta que llega el momento propicio para intentar acceder a Melilla.
“Es una zona bastante complicada de controlar”, explicaron desde la AUGC. “Los inmigrantes tienen allí muchos sitios en los que camuflarse. Si a esto le añadimos que la valla de Marruecos está bastante bien reforzada, queda claro que el Barrio Chino se va a convertir en un punto caliente, por donde habitualmente tratarán de acceder a la ciudad”, añadieron.
Eso sí, recalcaron que las medidas que ha tomado Marruecos en su lado de la frontera dificultan la entrada de subsaharianos, pero no la impiden. “Están desesperados por saltar. Siempre habrá alguno que lo consiga”, concluyeron.