Con el fin de proteger a los usuarios más vulnerables en el contexto vial, la Dirección General de Tráfico (DGT) desarrolló un manual de actividades y de ejercicios para el colectivo de las personas mayores.
Es importante recordar que los usuarios vulnerables son aquellos que, por sus características físicas o por el medio de desplazamiento empleado, tienen más probabilidad de verse implicados o de ser víctimas en un accidente de tráfico.
Bajo el nombre de "Itinerarios", la DGT engloba un conjunto de acciones formativas e informativas, que buscan reforzar la movilidad segura y la educación de los mayores en el marco de sus rutinas cotidianas.
En concreto, las actividades y los ejercicios de contenido vial pueden emplearse en los talleres de memoria o los programas de estimulación cognitiva, que habitualmente realizan estos usuarios con la ayuda de profesionales.
Además de abordar la seguridad vial como aprendizaje a lo largo de la vida, las inciativas son flexibles y se adaptan tanto al rol vial como a los diferentes entornos de cada persona.
Este recurso formativo se elaboró con la Asociación de Entidades de Educación de Personas Adultas y en su confección participaron al menos 100 profesionales, entre los que destacan educadores, gerocultores, animadores socioculturales, auxiliares de clínica, médicos, psicólogos, trabajadores sociales, terapeutas ocupacionales, conductores y policías locales.
El manual, que ya se encuentra disponible en la página web de la DGT, comprende contenidos que se centran en el principal rol vial de las personas mayores, es decir, el de peatones, y los riesgos que tienen.
De ahí que se incida, por ejemplo, en cómo caminar por la calle, sortear obstáculos, pararse a descansar o a hablar de forma segura, usar el móvil mientras se camina, y caminar con ayudas, con otras personas mayores o con menores.
La iniciativa se enfoca también en enseñar cómo compartir las vías con vehículos tradicionales y, especialmente, con bicis y patinetes; o caminar por vías interurbanas, donde hay arcenes estrechos y con vegetación, y los vehículos transitan a alta velocidad.
También resalta maneras de subir y bajar bordillos, escalones y peldaños; cruzar por pasos regulados (marcas viales, semáforos o agentes del tráfico) y sin regular (incluido el cruce de travesías); y orientarse al poder identificar calles y rutas, y reconocer señales.
ENVEJECIMIENTO, MOVILIDAD Y SINIESTRALIDAD
Según recuerda la DGT, la Organización Mundial de la Salud define el envejecimiento saludable y activo como un proceso de desarrollo y mantenimiento de la capacidad funcional que permite el bienestar en la vejez, mediante la optimización de las oportunidades de salud, de participación y de seguridad para mejorar la calidad de vida a medida que las personas envejecen.
Pero, amén de que la movilidad es un pilar del bienestar físico y psicosocial en el envejecimiento activo, implica también una mayor exposición al riesgo vial. Cifras oficiales indican que en la década 2009-2019 la tasa de personas fallecidas en accidentes viales que menos se ha reducido es la de la población de más de 65 años.
De hecho, los datos indican que los mayores de 64 años representan el 19,6% de la población española, el 16,5% del censo de conductores y el 26% de los fallecidos en accidente de tráfico.
Por otro lado, el patrón de accidentalidad varía en función de la vía en la que se haya producido el siniestro. En interurbanas, las personas de 65 años y más fallecieron como conductores; y en las vías urbanas, como peatones.