Tras una lluvia de piedras que sembró el pánico entre los pasajeros del autobús en la tarde del pasado sábado y que provocó daños en el vehículo por valor de casi mil euros. La Cooperativa Ómnibus de Melilla, popularmente conocida por sus siglas como la COA, reanudó ayer su línea con la Cañada de Hidum, tras suspenderla el pasado sábado a causa de la lluvia de piedras que provocó la rotura de hasta cuatro cristales de uno de los autobuses asignado al recorrido que llega hasta Mariguari y barrio de los Pinares, sito en la parte alta de la Cañada de Hidum.
Según el presidente de la cooperativa, José Fuentes, el servicio se restableció ayer sin incidentes, aunque es habitual que la COA reciba pedradas a su paso por la Cañada y los barrios adyacentes de los Pinares y zona de Mariguari.
No obstante, Fuentes quiso advertir del peligro que encierra una práctica continua que pone en serio riesgo la integridad de los ciudadanos que utilizan la misma línea así como la de los conductores de los autobuses. “Cualquier día va a pasar una desgracia si le dan al conductor, porque estamos hablando de un vehículo de doce metros y un peso enorme, que si quedara fuera de control podría originar una tragedia”.
Por ello, Fuentes solicita que se instalen cámaras de vigilancia en la carretera llamada 'Vía Láctea' donde suelen arreciar las piedras contra los autobuses de la COA. “Sabemos -dice- que casi siempre son menores, pero aún así podremos pedir responsabilidades a sus padres”.
El presidente de la COA lanza su petición como un último recurso frente a una práctica vandálica que origina una rotura mensual de una media de dos-tres cristales en los autobuses y que el pasado sábado, cuando la 'lluvia de piedras de un tamaño considerable', provocó daños en el vehículo afectado por una cuantía próxima a los mil euros.
“Todas las denuncias que ponemos se quedan en nada, porque nunca se identifica a los autores de las pedradas. La Policía se persona en el lugar y también la apedrean. Lo peor -insiste- es que cualquier día puede sucederse una desgracia tremenda si logran dar con una de las piedras al conductor del vehículo”.
El pasado sábado, sobre las cinco menos cuarto de la tarde aproximadamente, las piedras que se lanzaron no eran 'chinorros' como popularmente se llama en Melilla a las de pequeño tamaño. “Eran piedras más bien grandes” dice Fuentes, para añadir que provocaron el pánico entre los pasajeros “que se tiraron al suelo y rompieron a chillar”.
La COA decidió suspender la línea en previsión de que pudieran sucederse nuevos incidentes tras los anuncios de nuevas protestas en el barrio de la Cañada una vez se dieron a conocer las listas de los preseleccionados para los Planes de Empleo.
En la línea con Cabrerizas, que sólo se suspendió durante horas, también se sucedieron 'atentados' contra los autobuses, aunque de menor gravedad.
“La verdad -dice José Fuentes- es que no sabemos qué hacer, porque, cada dos por tres, tiran piedras contra los autobuses, sin que sea necesario que haya algún motivo concreto, pero como en esta ocasión no sabíamos si iba a haber nuevas protestas por los Planes de Empleo, decidimos cortarla en evitación de males mayores”.
Ayer, la línea se restableció, pero con la consciencia de que se se trata de una ruta difícil que la COA se ha planteado incluso suprimir con carácter definitivo y que finalmente sigue manteniendo en atención a los usuarios y vecinos del barrio.
Protestas en la Cañada
Al margen de los nuevos ataques contra los autobuses de la COA, la Cañada no ha registrado más incidentes tras hacerse públicas las nuevas listas de contratados en los Planes de Empleo, a diferencia de lo sucedido en octubre del pasado año, cuando los anteriores planes provocaron que el barrio de la Cañada se levantara en demanda de trabajo y en actitud crítica contra una selección de parados que, según se aseguraba, no eran ni de los más antiguos en las listas de desempleo ni de los más necesitados de ingresos económicos para sus hogares.
En esta nueva preselección ha predominado sobre todo el criterio de antigüedad en el paro, pero aún así el malestar se ha hecho presente en el barrio de la Cañada, donde se concentran los mayores índices de desempleo, falta de cualificación laboral y escasa preparación académica que caracteriza a un altísimo porcentaje de melillenses, en su mayoría de origen bereber y sexo femenino.