No descarta realizar un acuerdo similar al que ha hecho Ceuta con la Comunidad de Murcia, con el fin de aprovechar sus instalaciones en la capital de la Unión Europea.
El Gobierno local no descarta abrir una delegación local en Bruselas tal y como plantea la Ciudad de Ceuta en estos momentos tras el acuerdo que ha llevado a cabo con la Comunidad de Murcia.
En este sentido se expresó el portavoz del Gobierno local, Daniel Conesa, quien afirmó que desde Melilla también se han mantenido conversaciones con el presidente murciano, Luis Valcárcel, con esta misma finalidad, aunque de momento no hay ningún tipo de acuerdo cerrado.
De hecho, comentó que fue el consejero de Presidencia, Abdelmalik El Barkani, quien llevó a cabo alguna reunión con el Gobierno murciano aunque no se ha llegado a ninguna solución al respecto por el momento.
“Cualquier posibilidad que surja la aprovecharemos”, señaló Conesa quien recordó que también se había llegado a un acuerdo con el PP de Andalucía en este sentido.
Así, en la reunión que mantuvieron los dos partidos en Melilla hace unas semanas se llegó al acuerdo de que si el PP ganaba las próximas elecciones en Andalucía, posibilitaría que Melilla tuviera una delegación en Bruselas en las instalaciones que posee la Junta en la capital de la UE.
El portavoz del Gobierno recordó que ambas posibilidades no son excluyentes y remarcó que los intereses que defienda Ceuta en Europa servirán igualmente para Melilla.
Conesa recordó algunos de los asuntos más importantes que están en estos momentos en la agenda de los dos Gobiernos autonómicos, en particular la negociación de las nuevas previsiones financieras a partir del año 2013 y por otro lado la consideración de la especificidad de Melilla y Ceuta en el marco europeo.
Con relación a la primera cuestión, ésta hace referencia a la necesidad de que las dos ciudades sigan recibiendo Fondos Europeos de Cohesión para desdarrollar distintos programas.
En cuanto a la segunda, esta constituye una prioridad pues se pretende que Melilla y Ceuta disfruten de un estatuto especial en la Unión Europea que las asimile al que tienen en estos momentos las regiones ultraperiféricas, con algunos beneficios económicos.