-
Quevedo destaca que estas aves atacan a mascotas, personas y otras especies protegidas de Melilla
El consejero de Medio Ambiente, Manuel Ángel Quevedo, destacó ayer que ya ha firmado una orden para el control de la población de la gaviota patiamarilla de la ciudad. “Este tipo de aves produce un riesgo en la seguridad aérea, así como a los ciudadanos y al patrimonio de Melilla. Atacan a las mascotas en épocas de reproducción e incluso a las personas”, subrayó Quevedo, que indicó que se van a llevar a cabo varias medidas para reducir esta población y que se trasladen a su hábitat natural que son los acantilados.
El titular de Medio Ambiente también aseveró que estas gaviotas están atacando a otras especies protegidas del entorno natural.
Por ello, se iniciará un protocolo de control para reducir su número. Además, resaltó que se ha iniciado un expediente concreto para que, entre abril y agosto de este año, su época de reproducción, se haga una recogida y retirada de nidos. Quevedo indicó que se trabajará con cetrería y otros medios para evitar que las gaviotas estén en determinados focos, como el aeropuerto, el Parque Hernández y el Parque Juan Carlos I o algunos acuartelamientos.
Además, Medio Ambiente pide la colaboración de los ciudadanos por si tienen algún nido cerca de sus hogares o lugar de trabajo o desean denunciar el ataque de alguna de estas aves: 952 69 92 39.
La población de estas gaviotas ha crecido de forma importante desde el 2009 hasta la actualidad.
En relación a las medidas de la Consejería, también se va a llevar a cabo un censo para conocer el número exacto de aves de esta especie que hay en la ciudad. En el último realizado por el aeropuerto, se contabilizaron 688.
La cetrería
Quevedo comentó que el uso de halcones permitirá que estas aves se desplacen del centro urbano a los acantilados.
El consejero indicó que antes había muchas gaviotas en las murallas de Melilla La Vieja, sin embargo, tras arreglar los muros, se han trasladado a otras zonas de la ciudad. De hecho, Medio Ambiente ya tiene localizados nidos de estas aves, por ejemplo, en Ejército Español.
No obstante, Quevedo aseguró que estas medidas no son inmediatas y que la reducción de la población de esta especie se verá con el paso de cinco a siete años.