La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) ha lamentado los “dramáticos hechos” acaecidos en el último intento de salto de valla en Melilla, en el que más de un centenar de personas migrantes lograron entrar a la Ciudad Autónoma y se produjeron varios heridos de consideración y decenas de muertes en el lado marroquí.
Según la organización, esto demuestra “una vez más el uso indiscriminado de la violencia" para gestionar las migraciones y controlar las fronteras, y evitar así que lleguen a territorio español “personas que podrían ser susceptibles de protección internacional”. “Entre las personas identificadas se encuentran muchos sudaneses, procedentes de un país que sufre un conflicto armado, y a quienes se les ha impedido acceder de forma legal y segura" a la oficina habilitada en Melilla para poder solicitar asilo, según la CEAR
"Este es el coste de la externalización de fronteras y de poner en manos de un país que no respeta los derechos humanos como Marruecos la responsabilidad de controlarlas. Contar con una oficina de asilo en nuestra frontera sur para cubrir el expediente, sin que puedan acceder las personas de origen subsahariano, es una falacia y la mayor hipocresía que puede tener un Estado de Derecho", señala Estrella Galán, directora general de CEAR.
La entidad recuerda que la falta de vías legales y seguras para acceder al procedimiento de protección internacional en el que puedan ser identificadas individualmente, con independencia de su origen o procedencia, “obliga a estas personas a arriesgar sus vidas en el mar o en saltos de valla como el del viernes”.
"Lamentablemente, no se trata ni de la primera vez, ni será la última, mientras se sigan con estas políticas migratorias inhumanas. Hoy recordamos con dolor a las víctimas de Tarajal o de otros intentos de entrada que acabaron con muertes evitables en las fronteras", concluye la directora general de CEAR.