La situación que se vive en la cárcel de nuestra ciudad es preocupante. Así se deduce de la descripción del centro penitenciario que ha realizado en El Faro el coordinador de IU en Melilla, Rosendo Quero. El político local visitó ayer las instalaciones en compañía del diputado nacional Ricardo Sixto. A la salida, Quero señaló que esas instalaciones se encuentran saturadas, acogen reclusos muy por encima de su capacidad máxima. Esa realidad no es nueva. La vienen reconociendo desde hace tiempo los representantes de los trabajadores y la propia dirección del centro. Sin embargo, hasta ahora unos y otros han restado importancia a este hecho a pesar de que los números indican que la cárcel de Melilla es una de las más saturadas del país. Por el contrario, en opinión de los dirigentes de IU, esas cifras sí son preocupantes. También inquieta que la actual plantilla sea inferior a la que se necesitaría para cumplir los servicios mínimos si se declarase una huelga. Según Rosendo Quero, hay quince funcionarios trabajando y harían falta dieciséis para garantizar la seguridad en una situación de desencuentro laboral. Además, por si esos números no fueran ya lo suficientemente preocupantes, ahora resulta que el nivel de conflictividad ha aumentado por la presencia de internos llegados desde países como Argelia y de otros azotados por guerras o terrorismo.
La descripción del centro penitenciario que realizan los dirigentes de IU es de tal gravedad que el silencio por parte de los responsables de esas instalaciones no es una opción. Pueden negar la denuncia y garantizar la integridad tanto de los funcionarios como de los reclusos. O pueden reconocer como cierta la realidad descrita por los políticos de IU y poner inmediatamente manos a la obra para restituir la seguridad. Pero en ningún caso deberían contemplar la posibilidad de dar la callada por respuesta.