La Asociación de Tropa y Marinería (ATME) ha anunciado su intención de no pedir la subvención a la que tiene derecho entre tanto no mejore la situación retributiva de los militares. La convocatoria para solicitar estas ayudas económicas se publicó el 31 de marzo se publicó en el Boletín Oficial de Defensa, según ha señalado esta entidad en un comunicado hecho público este lunes.
“En coherencia con la postura mantenida en la pasada convocatoria del año 2022, ratificada por unanimidad en la última asamblea general de ATME, la asociación continuará sin solicitarlas durante este año, al no haber mejorado la situación retributiva de los militares. Esto no conlleva que en un futuro, siempre mediante ratificación de la asamblea general, puedan solicitarse”, apunta.
Independientemente de la decisión soberana de cada asociación militar profesional presente en el Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas (COPERFAS), ATME considera que la mera solicitud de estas subvenciones “en una época donde el gobierno y el ministerio de Defensa han olvidado las retribuciones de sus militares, pese al importantísimo aumento del presupuesto de Defensa”, sólo sirve para enfrentar a estos con el asociacionismo.
“Pudiera darse a entender, como indudablemente era pretensión de Defensa al convocarlas después de tres manifestaciones consecutivas de militares en defensa de sus derechos retributivos, que los únicos que obtuvieron algo eran las asociaciones”.
En ese sentido, la ATME recuerda que hace unos días, los letrados de Justicia, tras dos meses de movilizaciones, han conseguido que se ponga sobre la mesa un aumento salarial, lo que ha supuesto de manera inmediata que los funcionarios de Justicia comiencen sus movilizaciones. “Esto nos debe dar a entender que las mejoras sólo se consiguen a través de reivindicaciones multitudinarias a la vista de la sociedad; por ello, no se puede perder la oportunidad que se presenta, enemistando al militar con las asociaciones, verdaderas representantes de sus intereses y derechos, ni se puede mirar hacia otro lado bajo la excusa de que la participación en estas movilizaciones pudiera ser escasa”.
El miedo, en su opinión, es el principal factor que puede dar lugar a la inacción y, por tanto, ”a continuar siendo los servidores públicos peor retribuidos”, mientras el resto ven como llegan las mejoras que reclaman.
“Este año, 2023, será un año crucial para las aspiraciones retributivas y profesionales de los militares, al ser la antesala de unas elecciones generales que se suponen extremadamente reñidas. Los militares se juegan mucho y tienen en su mano el arma de sus 120.000 votos, a los que se pueden añadir los de sus familiares, amigos y simpatizantes”, concluye.