Ya no se dice sólo desde Melilla y desde Ceuta. La prensa marroquí también admite que el país alauita está bloqueando, de alguna manera, el desarrollo de las dos ciudades autónomas -pero, sobre todo, a Melilla, más vulnerable aún que Ceuta por su mayor lejanía a la península-, a las que trata de asfixiar con tantas trabas para la aduana y el régimen de viajeros, para el que el periódico le Desk habla de “asimetría” para significar que sólo los productos de Marruecos pueden pasar hacia ellas.
"El bloqueo [de la aduana] fragiliza todos los sectores productivos de Melilla y alimenta un sentimiento de inseguridad que refuerza a su vez la necesidad de encontrar soluciones urgentes para evitar un estancamiento con consecuencias económicas y sociales cada vez más graves", se pueden leer, entre otras frases.
No es ningún secreto que Marruecos trata de hacer la vida imposible en estas ciudades, quizás para ver si así puede sacar algún tipo de rédito en lo que se refiere a su permanente reivindicación sobre la soberanía sobre los territorios españoles en el norte de África.
Ahora falta que el Gobierno central reconozca lo que está sucediendo y ponga en marcha todas las medidas de presión necesarias para forzar a Marruecos a que permita que pasen por la aduana toda clase de productos, como en cualquier aduana internacional, y que el régimen de viajeros sea equivalente en los dos sentidos.
Si es necesario, debería incluso pedir la ayuda de la Unión Europea (UE), pues, aun cuando Marruecos sea un socio preferente de esta, y aun por muchos intereses que compartan ambas partes, España es, al fin y al cabo, uno de los 27 países que la integran, por lo que sus intereses deberían ser más importantes que los de Marruecos y, por lo tanto, tenidos en cuenta y protegidos en la medida de lo posible.
Son ya muchos años con esta asfixia para las ciudades y se podría parar, cuanto antes, las artimañas de Marruecos con algún tipo de sanción, por ejemplo, con sanciones o con aranceles hacia sus productos.








