El ritmo de vida ha aumentado considerablemente en la ciudad de Melilla. La contaminación acústica que proviene del ruido también. La prioridad para adquirir una vivienda se enmarca en el número de piso donde se sitúe la vivienda ya que cuanto más alto, menos se escucha el ruido.
Sin embargo, la ciudadanía melillense dice “estar acostumbrada” al ruido, formando ya parte de su vida cotidiana.
Según nos explican varias agencias inmobiliarias a este medio,el ruido no es una de las prioridades entre los melillenses para acceder a vivir a una vivienda, bien sea para comprar como para alquilar.
Vanesa Aranda, encargada de una de las inmobiliarias que podemos encontrar en el centro de la ciudad, Melilla Urbana afirma que sus clientes no preguntan por la contaminación acústica de la zona y el ruido que se origina en la ciudad.
Eso sí, preguntan cómo es la zona, cómo son sus vecinos o si por el barrio hay comercios hosteleros o de venta al público para saber, más o menos, el ruido que puede llegar a haber. También se preocupan por adquirir una alojamiento en un bloque de viviendas con las zonas más altas, para evitar el ruido de vecindario.
Escapar del ruido
En este sentido, la agente inmobiliaria recalca que las zonas donde más preguntan es por el centro.
“Cuando vienen a preguntarme sobre los precios de las viviendas para comprar pisos se interesan, sobre todo, por la altitud que este tenga: ya sea un tercero, un cuarto, un quinto; supongo que para escapar un poco más del ruido.
También, les suele interesar los negocios que hayan de la zona del barrio para conocer los horarios de cierre de los locales y si son bares o cafeterías.
Otro de los profesionales del sector inmobiliario, de la agencia Meliurbis ha corroborado el testimonio ofrecido por Vanesa Aranda, de Melilla Urbana
Asimismo, destaca que “3 de cada 10” clientes se han interesado sobre el ruido de las zonas, pero no es “una prioridad”.
“De vez en cuando tenemos de 10 alquileres pues unos tres o cuatro que te preguntan si la casa está insonorizada, si tiene mucho ruido, si está en una zona con el cual hay un tráfico bastante grande, pero bueno, no es muy importante generalmente” relató el agente inmobiliario de Meliurbis.
No obstante, este profesional aclara que “los melillenses estamos acostumbrados al ruido porque quizás nos gusta y solemos elevar el tono de voz bastante” cuenta.
Un estudiante que vive en la zona centro de la ciudad, Luis, nos cuenta que es verdad que el ruido es notorio en las principales avenidas de Juan Carlos I y Cándido Lobera, entre otras.
Además, asegura que el tráfico no le permite concentrarse en el estudio por las mañanas ni por la tarde.
“Las principales avenidas de esta ciudad son el corazón latente del tráfico y el ruido. Por eso, cuando estoy en época de exámenes me resulta difícil la concentración y me tengo que ir a otros lugares como la Biblioteca Pública”, subraya el joven.
La inmobiliaria El Faro , con experiencia en el sector de Administración de Fincas y Gestiones Administrativas e Inmobiliarias también nos apunta a que el ruido forma parte de la rutina de los melillenses en la ciudad.
María Compán, la gerente del negocio subraya que sus clientes tampoco preguntan como requisito especial para acceder a la vivienda la sensación del ruido que persisten en los diferentes puntos de la ciudad de Melilla.
“Mis clientes no me suelen preguntar por el tema del ruido. Una vez que les enseñamos las viviendas sí es verdad que preguntan por la zona, el ambiente tranquilo de zonas residenciales o se preocupan cuando hay terrazas de bares y cafeterías”, afirma.
Por muy pequeña que sea, Melilla se ha convertido en una ciudad ruidosa. Especializada en Neurociencia de la Meditación, Inma Gaitán nos cuenta que el ruido es perjudicial para nuestro cerebro y afecta en muchos procesos relacionados con la cognición, la atención, la memoria y la gestión de las emociones.
“Vivimos en un mundo de ruido, pero tenemos la habilidad de silenciarnos y trascender el ruido. Sin silencio neuronal, no hay espacios para ser verdaderamente creativos, empáticos, amables” afirma Inma Gaitán.
La contaminación acústica implica molestias, riesgos y daños a las personas para el desarrollo de sus actividades e incluso para el medio ambiente.
La legislación europea y española con el fin de reducir la contaminación acústica establece unos objetivos de calidad acústica, valores límites de emisión y de inmisión acústica que se deben de cumplir.
1 de cada 5 españoles
Según datos de Blusoleit, uno de cada cinco españoles sufre problemas de ruidos producidos por vecinos o procedentes del exterior. Mientras que, según la Agencia Europa del Medio Ambiente (AEMA), la contaminación acústica causa al año 1.000 muertes prematuras y 4.000 hospitalizaciones, a la vez que más de 2 millones de personas que tienen dificultades para conciliar el sueño.
En este sentido y con vidas cada vez más aceleradas que transcurren en pequeñas y ruidosas viviendas, las personas sufren los efectos negativos del ruido tanto en su bienestar físico como en el emocional.
El silencio se ha convertido en un lujo en España, lleno de contaminación acústica y el segundo más ruidoso del mundo tan solo por detrás de Japón.
En conocimiento de la neurociencia, los espacios de silencio neuronales son profundamente beneficiosos para el sistema nervioso y, sobre todo, para la gestión de las emociones.
En palabras de la especialista en Neurociencia de la Meditación, Inma Gaitán, España encabeza la lista de los países que más consumen ansiolíticos y antidepresivos por los problemas de la Salud Mental.
En Melilla son muchos los espacios donde los melillenses pueden disfrutar del silencio y, donde no hay ruido ni tráfico.
Para Inma Gaitán, dentro del ruido solo hay caos y en el silencio está la vida. “Permite que el silencio te lleve al centro de la vida” finaliza con este poema la especialista.
El ruido en los niños
El tráfico tiene un efecto perjudicial especialmente en niños y niñas, existe un estudio muy revelador que hizo el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) publicado en la revista Plos Medicine que concluye que el ruido del tráfico en los colegios afecta al desarrollo de la memoria de trabajo y la capacidad de atención del alumnado de primaria.
“En los últimos años he observado un déficit de atención importante en los niños y niñas a los que le doy clases de Yoga y Mindfulness” afirma Inma.
Son también muchos los estudios que abordan el tema del ruido producido por las pantallas mientras ven juegos o contenido violento.