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El colegio Reina Sofía organiza esta semana la jornada de puertas abiertas a otros centros
No hay discapacidades cuando un grupo de niños realiza pompas de jabón o baila. Ante estas situaciones da igual la capacidad de aprendizaje o si un alumno necesita refuerzo educativo. Lo importante es compartir un buen rato de diversión. Ésta es la propuesta del colegio de Educación Especial Reina Sofía durante esta semana. Organiza sus jornadas de puertas abiertas para que los alumnos de otros centros vean que en el interior de estas paredes no hay niños por los que sentir pena, sino escolares como ellos, aunque precisen de una mano para hacer determinadas cosas.
Los primeros en participar en los juegos organizados por el Reina Sofía han sido los alumnos de tercero y cuarto de Primaria del Juan Caro y el Reyes Católicos.
La directora del centro de educación especial, Amparo Morala, explicó que a esas edades aún se puede influir positivamente en los niños para educarles en el respeto a los que son diferentes. Antes de ir a este centro, los escolares visitantes ven en sus clases un libro sobre niños que tienen diferente tono de piel y capacidades para hacer todo tipo de tareas.
Cuando llegan al Reina Sofía, mezclan a los estudiantes ‘foráneos’ con los del colegio en diferentes grupos que se distinguen por sus gorras de colores. Luego van participando en juegos, como crear pompas de jabón, bailes, monopatines que derriban objetos, pintacaras y un laberinto del terror con monstruos.
Antes de marcharse del centro, todos los niños se toman un refresco. Es una forma de hermanar a los colegios, así como de concienciar a los ciudadanos del futuro de la importancia de mirar las capacidades de las personas, en lugar de aquellas cosas que no pueden realizar. También estuvo en el centro el director provincial de Educación, José Manuel Calzado.