Javier Hernández (Madrid, 1969) es vicepresidente ejecutivo de la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos). El próximo martes, día 20 de junio, asistirá con ilusión al seminario que El Faro organizará en el hotel Tryp Melilla Puerto sobre ‘Turismo y desarrollo económico. Málaga como modelo de éxito’. Supondrá su vuelta a la ciudad autónoma, donde ya ha estado en alguna ocasión anteriormente y para la que tiene una idea: si quiere progresar desde el punto de vista turístico, tiene que definir muy bien una estrategia. En su opinión, debería estar basada principalmente en su patrimonio y estar sustentada tanto por el sector público como por el privado y los hoteles deberían participar de la idea.
-¿Conoce cómo está el panorama de los hoteles en Melilla?
-Dentro del conocimiento que yo tengo de Melilla, donde he estado dando alguna charla de Naciones Unidas, creo que no hay una gran infraestructura hotelera allí por volumen de camas, al menos. Por lo tanto, la planta hotelera de Melilla la veo escasa desde el punto de vista de volumen, porque yo creo que no se superan las mil plazas hoteleras o por ahí. Además, los establecimientos hoteleros que hay allí no tienen un marcado carácter internacional. Que yo sepa, hay un Tryp Meliá y no existe un posicionamiento internacional de cada uno de los establecimientos. Es decir, la oferta hotelera de Melilla no tiene capacidad suficiente para atraer grandes eventos o eventos internacionales. Eso es lo que puedo traducir de lo poco que yo sé de Melilla. No sé si es muy negativo esto que estoy diciendo, pero hay que verlo desde el punto de vista positivo: como una oportunidad. Creo que trabajar en atraer inversión a nivel hotelero no estaría de más.
-A pesar de ello, y contando con este hecho, ¿cree que el precio y la calidad de los hoteles existentes son buenos?
-Sí, sí. Dentro de lo que yo sé, son aceptables. Los precios son competitivos y asequibles teniendo en cuenta la demanda. Y la oferta es de calidad.
-¿En qué se basa el éxito de los hoteles en Málaga?
-Fundamentalmente el éxito de los hoteles en Málaga viene provocado por un claro plan estratégico no sólo de promoción turística, sino también de fortalezas desde el punto de vista cultural. Cuando un destino turístico, o, en este caso, urbano, apuesta por la cultura y por la ciudad de museos, eso atrae otros segmentos turísticos de demanda que, dentro de su complejidad, incorporan el turismo cultural. Un ejemplo puede ser el turismo de cruceros. No existe turismo de cruceros si no hay atractivos desde el punto de vista cultural en un destino. También el turismo de congresos y la actividad congresual o de reuniones. Si no hay un complemento de oferta cultural como ha tenido Málaga, es difícil que sea una ciudad que pueda atraer actividad congresual, que es una de las que mayor comportamiento de gasto tiene. Y luego, desde el segmento idiomático, que son extranjeros que vienen a estudiar español a Málaga, sin ese complemento cultural o vacacional, o de sol y playa, es difícil que pudieran venir. Por tanto, la estrategia de la ciudad desde el punto de vista de los atractivos turísticos del segmento cultural y gastronómico han hecho que haya una mayor demanda y que sea el destino que más ha crecido en España en los últimos 20 años. Eso ha provocado que prácticamente se triplique la oferta hotelera atrayendo establecimientos con posicionamiento internacional: hoteles de cinco estrellas como los que ya hay en la capital y con posicionamiento internacional, como Hilton y otros.
-Entonces, ¿sin oferta de ocio no hay nada que hacer?
-Sin oferta cultural fundamentalmente. Porque Málaga capital no tiene gran oferta de ocio. Fundamentalmente la oferta es cultural. Es decir, tiene más de 20 museos. Además, ha sabido muy bien potenciar su patrimonio desde la época fenicia hasta los tiempos actuales reconvirtiendo edificios históricos o protegidos en atractivos turísticos como puedan ser museos o monumentos.
-¿Podría Melilla aplicar de alguna manera el modelo de Málaga?
-Creo que Melilla podría aplicar el modelo de Málaga con ciertas pecualiaridades. Porque, además de ofrecer cultura o monumentos, o poner en valor su patrimonio cultural, yo lo mezclaría con el patrimonio de costa. Hay playas que están muy bien y hay otros segmentos que se pueden potenciar, como el turismo subacuático. Vosotros tenéis una costa donde, debajo del agua, hay mucha mayor visibilidad para el turismo subacuático que Málaga. Melilla debería establecer un plan estratégico a futuro -10, 15 ó 20 años- en el que ponga en valor los distintos atractivos o fortalezas que tiene y, en función de ello, realizar una promoción selectiva teniendo en cuenta esas fortalezas. Claro que lo puede conseguir. Atraería más hoteles y más inversión y probablemente incluso algunos establecimientos hoteleros se podrían localizar en espacios de interés cultural.
-Acerca de los hoteles, ¿qué es lo más importante para que sean exitosos?
-Su activo de personal. Ya no es sólo tener una infraestructura moderna. Claro, que también los hoteles deben ir en consonancia con los atractivos que tenga el destino. Es decir, si la ciudad realiza un plan estratégico exponiendo sus fortalezas desde el punto de vista cultural, los hoteles deben incorporarse, o integrarse, a esos atractivos. Por ejemplo, con fotografías de Melilla y de su patrimonio monumental. Así, prestarían un servicio acorde con el tipo de turistas que quiere acoger Melilla. Los hoteles son un complemento de la oferta de la ciudad y ese complemento tiene que ir en consonancia con la oferta de la ciudad. Por ejemplo, imaginemos que Melilla trabaja mucho la actividad congresual. Pues las habitaciones de los hoteles deben ser funcionales para alguien que viene a un congreso, y con un cierto complemento cultural, O, si Melilla se promociona como un destino de escapadas, tener habitaciones acogedoras con elementos propios que identifiquen esa oferta cultural de la ciudad dentro de los establecimientos hoteleros.
-¿Piensa que les incomoda a los empresarios hoteleros la tensión con Marruecos a cuenta de la soberanía de Melilla?
-No tiene por qué. Una de las grandes fortalezas que tiene la actividad turística es la interrelación entre culturas. En toda la industria turística a nivel mundial, una de las grandes claves son los establecimientos y empresarios hoteleros son apolíticos y, por lo tanto, esa problemática debería estar al margen del sector.
-¿Les va bien a los hoteles de Melilla que sea un puente hacia Marruecos o se necesita algo más?
-Les va bien que sea un puente de acceso a Marruecos, pero les iría mucho mejor si Melilla –que seguramente lo habrá trabajado- pusiera en valor mucho más sus atractivos turísticos. Es decir, que fuese un destino en sí y no un destino de paso. ¿Cómo se consigue eso? Con mucho trabajo de promoción y, como decía antes, con un plan estratégico. Les vienen bien las dos cosas, pero, sobre todo, la segunda. Lo de ser puente de paso a Marruecos les viene bien de forma puntual, pero lo importante es saber definir la estrategia de destino turístico para que Melilla sea un punto atractivo.
-¿Pueden hacer algo los hoteles en este sentido para atraer más turistas?
-Sin duda. Los hoteles pueden y deben hacerlo. Deben ir de la mano de las administraciones públicas con vistas a promocionar el destino y sus establecimientos. Y esa estrategia que se viene conformando debe ser una estrategia público-privada, en conjunto. La definición de la estrategia de un destino no tiene por qué ser unidireccional desde la parte pública.
-En conclusión, ¿puede Melilla competir ahora mismo, con su infraestructura hotelera, desde el punto de vista turístico? ¿O se necesita algo más?
-Se necesita más, se necesita más. Pero, para eso, hay que definir muy bien la estrategia. Yo insisto en que necesita algo más. Se ha trabajado mucho durante los últimos años, pero necesita fortalecerse aún más y definir su estrategia en segmentos, que, desde el punto de vista cultural, está algo definida, pero hay que buscar elementos o fortalezas diferenciales respecto a otros destinos. Melilla no se puede comparar con Málaga. Tampoco se puede comparar con Ceuta, ni se puede comparar con Sevilla ni con Madrid. Melilla tiene que ser un destino propio y en el que sus elementos o sus activos de atractivo turístico sean diferenciales, distintos. Y eso es lo que hay que fortalecer: el turista cultural y gastronómico.
-¿Cuáles son, entonces, esos elementos diferenciales que Melilla tiene que potenciar?
-Para mí, fundamentalmente, el patrimonio que tiene Melilla. Creo que hay que ponerlo más en valor, tematizarlo e incluso trabajar de una forma muy transversal, tanto desde el punto de vista urbanístico como de movilidad y accesibilidad, toda esa estrategia si quiere ser un destino atractivo.
Parece que tanto empresarios como políticos, aún no han alcanzado a entender que el turismo no es para nada la solución al problema laboral de la ciudad melillense. Seamos realistas y dejemos de hacer conjeturas, la ciudad necesita un proyecto empresarial dirigido a la pequeña industria de transformación y ensamblamiento, como apoyo o filial de otras empresas ya consolidadas. En Melilla, ni hay atracción de espectáculos para jóvenes, ni hay tradiciones ni folklores por lucir, ni hay infraestructuras hoteleras para el deleite de quienes deseen relax. Por consiguiente dejemos de marear la perdiz, dejemos de gastas en certámenes de Futuro, y centremosno en lo real, que es conseguir un futuro industrial.