Ayer se produjeron las reacciones por la decisión del Comité de Derechos Humanos de la ONU de paralizar la extradición de Aarras a Marruecos. Algunas con más fortuna que otras y no exentas de clave política, porque la política gravita excesivamente sobre este asunto.
Ayer también, Marruecos anunciaba una nueva ofensiva sobre Melilla que lógicamente tiene mucho que ver con los conflictos en el Sáhara y el uso de nuestra ciudad como moneda de cambio en las relaciones hispano-marroqíes.
Frente a las noticias conflictivas, no sólo la vía de esperanza y la apuesta por la igualdad que la ONU ha abierto para Aarras y todos los melillenses, españoles y europeos, sino también un hecho nuevo, histórico, la celebración colectiva de la Januká judía, que concitó a melillenses de todas las confesiones y orígenes culturales distintos en torno a un mensaje de paz y progreso para el mundo. El mismo que deseamos para nuestra ciudad y que sólo nuestra cooperación, sin rencillas, prejuicios ni temores, puede ser nuestra mejor arma de presente y de futuro. Nuestra felicitación a la comunidad judía y, de forma extensiva a toda Melilla en estos días en los que el candelabro de ocho brazos ilumina toda la ciudad.