En menos de cuatro días de lo que llevamos de 2022, se han producido dos devoluciones en caliente desde las Islas Chafarinas, territorio español ubicado a solo 76 kilómetros de Melilla.
Son personas, familias, que han llegado a España en busca de una oportunidad para cambiar sus vidas y la de sus hijos. En el último grupo de migrantes arribaron incluso un niño y un bebé.
Ellos han renunciado a todo lo que tenían en sus países, muchos de ellos marcados por la guerra, como es el caso de Siria, y otras naciones afectadas por conflictos internos que llevan a sus ciudadanos a buscar alternativas de vida fuera de sus fronteras.
Los migrantes que han llegado a Chafarinas han arriesgado sus vidas recorriendo un largo camino andando por tierra y otro, navegando en el mar para llegar a Europa.
Cada nación tiene sus políticas migratorias y el Tribunal Constitucional avaló las devoluciones en caliente en el 2020 en las ciudades autónomas. No obstante, esta ley también tiene excepciones: los menores y las personas pertenecientes a colectivos vulnerables, como por ejemplo ancianos o embarazadas.
Melilla es la frontera sur del continente y, durante años, ha soportado una altísima presión migratoria. En las últimas semanas los intentos de migrantes por acceder a la ciudad se han multiplicado, por lo que la vigilancia en el perímetro fronterizo ha tenido que reforzar.
En el 2021, más de un millar de migrantes llegó a Melilla por tierra. Fueron 1.092 personas que cruzaron el perímetro para entrar en territorio español y europeo. Por mar, la cantidad de personas que arribó el año pasado a la ciudad fue mucho menor, 39 en total, en cinco embarcaciones.
Quienes arriesgan su vida por llegar a Europa, renuncian a lo que tenían en sus países con la esperanza de encontrar alguna oportunidad para ellos y sus familias. Dejar todo atrás no es una decisión fácil, así como tampoco caminar cientos de kilómetros y embarcarse en una patera con todos los riesgos y dificultades que supone.
Melilla es España y, por ello, debe ser garante y ejemplo en el cumplimiento de las leyes y políticas migratorias.
Melilla necesita con urgencia unas elecciones generales ya.